Familiares de los balseros de Bahía Honda desmienten al gobierno: «no era una operación de tráfico de personas»

Tras el hundimiento de la lancha con 23 balseros en Bahía Honda por parte de las tropas guardafronteras que provocó la muerte de al menos seis personas, el régimen cubano calificó el suceso como una operación de tráfico humano; sin embargo, los familiares de estos cubanos que residente en Miami lo desmienten.

En entrevista para el canal América Tevé, José García, padre del joven fallecido Yerandy García Meizoso, afirmó que la lancha que salió de Miami a buscar a los cubanos tenía el objetivo de sacar de la Isla a una parte de la familia García Meizoso y otros conocidos. Ninguno de ellos pagó nada, no se trataba de una operación de tráfico de personas ni de una operación criminal, simplemente se fue a sacar de Cuba a esta familia.

José García exigió al régimen comunista que deje de mentir y qué publique los nombres de todos los tripulantes de la lancha para que la opinión pública vea que casi todos son de una misma familia.

Sobre la actitud de los oficiales del Ministerio del Interior (Minint), García reveló que fue evidente que “ellos tenían la información que la lancha iba a salir, le reventaron los tres motores, luego la unidad de guardafronteras se alejó un poco preparando la embestida, viró y partió por la mitad la embarcación”.

“Les pasó por arriba a todos. Fue un asesinato. Incluso el médico de Bahía Honda comentó a la hermana de mi hijo que los fallecidos no se ahogaron, sino que murieron por los golpes del impacto”, contó el padre que perdió a su hijo en el trágico evento.

La misma versión de los hechos la tienen algunos de los sobrevivientes que fueron entrevistados desde Bahía Honda por el referido canal de noticias. La embarazada que iba en la embarcación calificó de asesinato la embestida que sufrieron en horas de la noche del pasado viernes. “Ellos no tuvieron compasión con nadie y nos fueron para arriba por la mitad. Fue a matarnos”.

Todo ello ocurrió a unos 200 metros de la costa, apenas la embarcación tomaba rumbo norte. Las tropas de guardafronteras atacó por detrás neutralizando los motores y luego la hundió en un acto salvaje.

Durante la embestida, los oficiales del Minint le reclamaban a los tripulantes que ellos tenían la culpa por lo sucedido por haberse montado en la lancha que violó las aguas territoriales cubanas.

Igual actitud de inculpar a otros fue la postura que se vio en la nota oficial que calificó de “accidente” al suceso y responsabilizó al gobierno de Estados Unidos por mantener vigentes políticas que “alientan la migración ilegal”.