Fundación Mas Canosa ofrece becas por tres millones de dólares a jóvenes cubanos

La sede de la Fundación Nacional Cubano Americana, fue la escogida por la familia de Jorge Mas Canosa, fallecido hace algún tiempo, para otorgar becas a 21 jóvenes cubanos y cubanoamericanos por un total de tres millones de dólares. Los elegidos fueron merecedores gracias a sus altos índices académicos que les permitirá transitar por la universidad sin pagar nada.

“Para nuestra familia este gesto constituye la continuación del legado de mi padre, un hombre que amó este país y amó la libertad. Mi padre creía que en la juventud está nuestro futuro”, dijo el empresario y filántropo Jorge Mas Santos, hijo de Mas Canosa.

“¡Qué orgullo ver a estudiantes de ascendencia cubana que van a ir a las mejores universidades del mundo a continuar llevando los ideales de libertad y democracia. Nosotros estamos creando los líderes del futuro”, agregó.

La Fundación Jorge Mas Canosa suma más de 250 becas otorgadas desde la creación del programa hace 20 años.

“Es un gran día para nosotros porque podemos ayudar a estos jóvenes a que continúen sus carreras en las mejores universidades del país. Mas Canosa quería que nuestros líderes tuvieran la mejor educación y la beca los ayuda a llegar a esas metas”, expresó Lubby Navarro, directora ejecutiva.

“Sabemos que las universidades son muy costosas, pero la familia Mas está comprometida a ayudar a los jóvenes cubanos y cubanoamericanos a que vayan a la universidad de sus sueños”, agregó.

Los interesados en obtener una de estas becas deben llenar un formulario de inscripción en línea a través de la página web de la Fundación.

Uno de los que se inscribió y finalmente resultó elegido fue el joven de 19 años Carlos García Pérez, ahora gracias a la ayuda económica podrá cumplir su sueño de estudiar en Harvard.

“Él siempre quiso estudiar en Harvard, desde que era un niño en La Habana. Veía los dibujos animados con subtítulos y escuchaba canciones en inglés para tratar de entender el idioma y la cultura”, cuenta con orgullo su padre, Carlos García Ramírez, un refugiado político de la isla.

“En la escuela me esforcé lo más que podía y así y todo no tenía los mismos resultados que obtenía en Cuba. Poco a poco fui aumentando el nivel de estudios y le dediqué muchas horas a insertarme en la comunidad y la cultura. También tuve mucha suerte de encontrarme con personas que vieron mi interés y me brindaron oportunidades para superarme”, agregó el joven.

Para los que como él intentan triunfar en un país que los acogió aconseja: “Las oportunidades están ahí esperando. Simplemente hay que trabajar duro. El sueño americano está más vivo que nunca. Sigan adelante y supérense constantemente. Nadie te va a regalar las oportunidades, tienes que buscarlas por ti mismo”.

Con información de El Nuevo Herald