Gobierno cede a las presiones y devuelve el hogar para niños con nefropatías en Santiago de Cuba

Tras la fuerte presión popular, el gobierno de Santiago de Cuba dio marcha atrás el desalojo de un grupo de niños con insuficiencia renal de la casa que desde hace dos años los acoge.

Ubicada frente al Cuerpo de Guardia del Hospital Pediátrico Norte “Juan de la Cruz Martínez Maceira”, la vivienda beneficia a los menores que sufren padecimientos de ese tipo. Sin embargo, a las autoridades locales no parece importarles pues, según informó Diario de Cuba, es la segunda vez en menos de 24 meses que sacan a los pacientes infantiles del local.

Familiares de los pequeños agradecieron especialmente al profesor Eduardo Montoya, líder del equipo de psicopayasos de la provincia, quien denunció los hechos y generó una ola de apoyo.

“Montoya, Dios bendiga y premie tu valentía”, afirmó una madre cuando este viernes los niños volvieron a la casa. Su hija, residente en Guantánamo, tiene que acudir al servicio de hemodiálisis en días alternos hasta que pueda recibir un trasplante de riñón.

Los habitantes de Santiago de Cuba estallaron ante la arbitrariedad del gobierno, porque alejar a los infantes con problemas en los riñones del hospital es tan bien una forma de atentar con la salud de ellos.

El desalojo ocurrió el pasado 18 de enero, contra la recomendación de los médicos, las denuncias del psicólogo Montoya y las súplicas de los padres. Ellos habían enviado una carta al Partido provincial el 27 de diciembre de 2021 y los niños fueron ubicados en una sala del Hospital Pediátrico Norte.

Las autoridades planeaban trasladar a los pacientes hacia un apartamento de solo dos habitaciones y un baño ubicado en Micro 9, distrito José Martí, localizado a varios kilómetros del centro de salud. Diario de Cuba afirmó que en esa zona el servicio de transporte es pésimo y los ciclos de distribución de agua son de entre 10 y 15 días.

La otra alternativa que propusieron a los padres fue colocarlos en un local dentro del hospital, pero estos la rechazaron porque los niños tienen defensas muy bajas. Luego de que el caso fuera abordado por la prensa independiente, la Intendencia indicó que volvería a analizar la situación y finalmente decidió dejar el hogar nefrótico donde estaba.

En la reunión donde se informó la vuelta a atrás del desalojo, nadie se responsabilizó por lo ocurrido ni cuál sería el destino de la vivienda. Varios emprendedores y dueños de negocios privados se brindaron para reparar la casa.