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Periódico Cubano

Hemingway en La Habana ¿cuáles eran sus lugares favoritos?

FARÁNDULA

Hemingway en La Habana ¿cuáles eran sus lugares favoritos?

Gregorio Fuentes, un pescador de origen español fue la persona en quien se inspiró Hemingway para dar forma al protagonista de El Viejo y el Mar

Seguramente conoces que La Habana fue una de las ciudades predilectas de Ernest Hemingway, el célebre escritor estadounidense galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1954, pero ¿cuánto sabes de los sitios que marcaron su paso por la capital de todos los cubanos? Te invitamos a que nos acompañes en este recorrido por la historia y por algunas de las huellas que dejó el autor nacido en Illinois en la ciudad de los 500 años.

Hotel Ambos Mundos

A este inmueble de cinco pisos, ubicado en la intersección de las calles Obispo y Mercaderes, llegó Hemingway en 1932 y permaneció hasta 1939. La habitación donde se hospedó todavía se conserva como mismo, la dejó la última vez y se ha convertido en una especie de museo dentro de la edificación construida a inicios del siglo pasado.

El Floridita

Conocido como la cuna del daiquirí, en este bar, Ernest se hacía presente casi a diario, puesto que se hospedaba a unas pocas cuadras. Allí degustaba ese célebre trago e, incluso, en su honor, crearon el Papa Doble, bebida que se convirtió en una de sus preferidas. Siete años antes de su muerte, fue colocado un busto en el lugar que prefería para sentarse alrededor de la barra y en 2003 fue emplazada una estatua a tamaño natural.

La Bodeguita del Medio

“Mi mojito en la Bodeguita y mi daiquirí en el Floridita” fue una frase que escribió en una de las paredes de ese sitio, ubicado en la calle Empedrado, y que luego serviría para que ambos se hicieran de gran renombre internacional y se transformaran, además, en espacios de visita casi obligada para los turistas que se acercan a La Habana.

Hemingway fue de los primeros clientes célebres del establecimiento que abrió sus puertas en la década del cuarenta. Tanta sería la popularidad del lugar en los años venideros que en países como Argentina, México, Venezuela, Alemania, Colombia, Inglaterra y España existen bares con el mismo nombre como especie de homenaje al espacio en el que el intelectual pasó algunos de sus mejores días.

Finca Vigía

A inicios de los 40, el autor de Adiós a las armas compró una propiedad, ubicada a varios kilómetros del centro de la ciudad. Finca Vigía, sita en el municipio de San Miguel del Padrón, se convirtió en su residencia de invierno. Allí terminaría de escribir Por quién doblan las campanas, obra que recibió una nominación al prestigioso Premio Pulitzer, y El viejo y el mar, uno de sus textos más célebres.

En su biblioteca guardaría alrededor de nueve mil libros. Con el paso del tiempo, el lugar se empezó a llenar de turistas y otros amigos que atentaban contra la paz del literato y fue por ello que decidió comprarse una nueva casa para regresar definitivamente a su país natal.

Cojímar

En ese pueblo de pescadores, situado al noreste de la capital, el norteamericano tenía atracado su barco Pilar, que había adquirido en 1934 y con el que navegaba por los alrededores. Llegó a conversar con el gobierno de Cuba para que lo ayudara a mejorar su barco con el objetivo de hacerle frente a submarinos alemanes que pudieran llegar a aguas del territorio caribeño.

Gregorio Fuentes, un pescador de origen español que habitaba esa localidad, hoy perteneciente al municipio de Habana del Este, fue la persona en quien se inspiró Hemingway para dar forma al protagonista de El Viejo y el mar.

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