Hotel Nacional de Cuba: Cosas que no sabías 

El día de la apertura, la primera copa para los invitados fue un coctel Presidente y se sirvió café en dos versiones: americana y cubana. (Foto: Periódico Cubano)

En un hotel con casi 90 años de historia es normal que se acumulen las leyendas, pero hay ciertos datos verídicos asociados con su surgimiento que dejan impactados a los que los conocen. Acá te traemos algunas curiosidades sobre su construcción que, probablemente, desconocías.

• Su fecha de inauguración, con todo previsto, fue retrasada 15 días a causa de las capacidades incompletas del ferry que transportaba a los viajeros de La Florida a La Habana.
• El día de la apertura, la primera copa para los invitados fue un coctel Presidente y se sirvió café en dos versiones: americana y cubana.
• Según reseñan en el libro Hotel Nacional de Cuba: revelaciones de una leyenda, la publicidad en torno a su inauguración solo fue circulada entre los que consideraban potenciales clientes. En esta, se resaltaban los lujos del hotel, “el Plaza y el Savoy Plaza de New York tiene su duplicado de lujo en el malecón” y las bondades del clima de Cuba, “donde el sol y el mar de amatista son los mejores”.
• En la génesis del proyecto, la ubicación prevista no era la actual. La compañía constructora, los inversores y ejecutivos querían emplazarlo en las intersecciones de las calles Prado y Cárcel, pero esta ya había sido reservada para otros fines administrativos y al Secretario (Ministro) de Obras Públicas del Presidente Gerardo Machado se le ocurrió proponer su traslado al otro lado de la ciudad.
• El hotel se comenzó a construir en el barrio de El Vedado, en lo que fuera un depósito de excrementos de caballerizas militares para su posterior procesamiento en abono. Una vez eliminados estos desechos, quedaba un promontorio rocoso, la loma de Aróstegui, que ayudaría a resaltar el encanto tropical del hotel.
• Desde que se ideó hasta su ejecución, solo pasaron 14 meses. Sus valores arquitectónicos son muchos.
• Para el arquitecto Marco Antonio Díaz Blardonis, lo que más resalta es la mezcla de estilos: sus techos provenientes de la arquitectura clásica romana, patios y zócalos de mosaicos sevillanos, arcadas interiores como una readaptación de los elementos del sur californiano, las gárgolas del gótico francés, pisos de granito con influencia art decó y los jardines, aunque con elementos tropicales, con influencia de los ingleses del periodo romántico.
• Esta mezcla estilística marcó un antes y un después en la arquitectura cubana. Se emplearon elementos autóctonos como maderas duras, piedras de Jaimanitas, tejas de barro y una cubanía manifiesta en símbolos nacionales como escudos y banderas.
• Con esta construcción también se entra en los anales de la ingeniería civil en la isla, al utilizar, por primera vez, el sistema de porticado de vigas de acero revestidas de hormigón.
• Para el emplazamiento del hotel se aprovechó la estructura natural del entorno. Se mantuvieron las cuevas de Taganana, refugio en el siglo XVI de un indio de igual nombre, y los cañones Krupp y Ordóñez, que formaron pate del estratégico sistema de fortificaciones de la Batería de Santa Clara en el siglo XIX. La ubicación, de frente al litoral, y el paisaje, eran inmejorables.
• La fecha de la inauguración coincidió con el último periodo de Ley Seca en Estados Unidos, por tanto, ese círculo ascendente de la sociedad norteamericana que estaba impedida de consumir bebidas alcohólicas, vio un oasis en este hotel en La Habana. La discreción y los lujos del Hotel Nacional fueron perfectas para ese contexto.