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Joven con enfermedad mental atenta contra su vida en La Habana Vieja
La muchacha se encontraba bajo los cuidados de su familia a causa de la enfermedad
Una joven de 22 años, identificada con el nombre de Sandra, atentó contra su vida al lanzarse desde un edificio ubicado en la calle Villegas No. 412, entre Teniente Rey y Muralla, en La Habana Vieja, informó el medio de prensa independiente Cubanet.
La muchacha se encontraba bajo los cuidados de su familia a causa de un problema de salud mental, pero, al parecer, ocurrió un descuido y ello condujo al trágico acto, registrado ayer viernes.
Hasta el momento, no se han ofrecido más detalles sobre las circunstancias que rodearon el hecho. Un video publicado por Cubanet en la red social X, muestra una movilización policial y también la presencia de decenas de testigos.
Joven de 22 años se quita la vida en La Habana Vieja#noticiascuba#soscuba#cuba pic.twitter.com/hHy1q9D6gS
— Cubanet 🇨🇺 (@CubanetNoticias) September 13, 2024
Este incidente pone nuevamente en el foco el preocupante panorama de los suicidios en la Isla. De acuerdo con datos del Anuario Estadístico de Salud de Cuba, en el año 2021, un promedio de cuatro personas al día fallecían por lesiones autoinfligidas. Entre 2014 y 2020, casi 9.000 individuos cometieron este tipo de actos en el país, una cifra alarmante que refleja el peso de este fenómeno en la sociedad cubana.
A lo largo del último siglo, la tasa ha superado los 10 por cada 100.000 habitantes, una cifra que, aunque alta, es prácticamente la mitad de lo registrado en los años 90, durante el llamado Periodo Especial, cuando la Isla enfrentó una profunda crisis económica y alimentaria.
En 2019, Cuba ocupó el cuarto lugar en América Latina en términos de lesiones autoinfligidas. Este fenómeno, según los expertos, es multifactorial y puede estar influenciado por diversos factores como la edad, el género, la religión, la disponibilidad de recursos y las condiciones de salud mental.
En la Isla, otros elementos clave incluyen la pobreza, el estigma social hacia las enfermedades mentales, y la emigración, que afecta tanto a quienes parten como a los que se quedan.
Durante la década de 1950, la tasa de suicidios en el país era notablemente más alta que en otros países latinoamericanos: tres veces mayor que en Chile, cinco veces mayor que en Costa Rica y ocho veces mayor que en México.