Joven cubano a punto de abrir su fábrica de papel higiénico en La Habana

El papel higiénico es un producto desabastecido en la Isla. (Foto © Periódico Cubano)

En medio del colapso catastrófico de la economía comunista en Cuba, los empresarios capitalistas emergen como una fuerza en crecimiento. El sector privado cubano está experimentando un auge significativo, ejemplo de ello es el ingeniero local Idián Chávez, de 29 años, quien impulsa su propia fábrica de papel higiénico, un producto básico desabastecido en la Isla.

Tim Padgett, editor de WLRN Americas, compartió la historia de este antillano que trata de abrirse paso en un país abultado de políticas restrictivas que intenta mantener a flote un fallido sistema político.

Chávez se encuentra ultimando detalles para poner en funcionamiento dicha fábrica en Marianao, La Habana, que producirá un producto altamente demandando en todo el territorio cubano.

Esta pequeña y mediana empresa (pyme) está lejos de ser una de las notoriamente ineficientes plantas estatales cubanas, además representa un nuevo y prometedor paso en el incipiente sector privado de la nación caribeña.

Según el joven, su emprendimiento se motivó al saber que Cuba importa más de la mitad de su papel higiénico. Especializado en procesos industriales, ha diseñado un sistema de ensamblaje más eficiente para satisfacer la demanda interna.

Sin embargo, a pesar de su éxito, enfrenta obstáculos significativos. La adquisición de equipos de su fábrica tuvo que realizarse en China, ya que el embargo de Estados Unidos contra Cuba prohíbe las licencias para exportaciones pesadas desde el país norteamericano.

El financiamiento de la empresa y la adquisición de materias primas como la pulpa de papel se realizaron a través de un complicado proceso de envío de dinero en efectivo, unos 200 mil dólares, desde un amigo cubanoamericano radicado en Miami, cuya identidad se mantuvo en el anonimato durante la entrevista con dicho medio.

A pesar de los desafíos, el sector privado emergente se ha convertido en un espacio independiente, uno de los pocos en los que Estados Unidos cree que puede influir en un cambio en la Isla.  Asimismo, representa un terreno fértil para el crecimiento de las semillas democráticas y de libre mercado. Los funcionarios estadounidenses han advertido que, a medida en que el régimen castrista y el de Vladímir Putin fortalecen sus lazos económicos, los rusos intentan incursionar en el sector privado cubano y moldear su desarrollo.

“Ahora hay más de 8.000 empresas privadas registradas en Cuba. La velocidad con la que han podido organizarse, expandirse y abastecerse habla de las asombrosas habilidades empresariales de la población cubana”, dijo Benjamin Ziff, encargado de Negocios de la Embajada de EEUU en La Habana.

“El sector estatal cubano está en bancarrota, ya no puede suplir las necesidades de la población cubana. La inclinación del régimen cubano por el control total… va en contra del tipo de… entorno libre que necesita una empresa para tener éxito. La mayor parte de las mipymes de Cuba están teniendo éxito a pesar del régimen, no gracias al régimen”, puntualizó.