Castro y Díaz-Canel inauguran nuevo hotel de superlujo en La Habana

Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel inauguraron este sábado el hotel de superlujo SO Paseo del Prado, un inmueble que ostenta la categoría de cinco estrellas plus, propiedad del estado cubano en cooperación con la cadena francesa de instalaciones de alto estándar Accor.

Paseo del Prado es el tercer integrante de los hoteles de esta compañía en La Habana Vieja pero es el primero de esta categoría de turismo de alto estándar que tiene la firma Accor en Cuba y Latinoamérica.

El inmueble se encuentra ubicado en el histórico Paseo del Prado esquina Malecón habanero, justo de forma diagonal al Morro de La Cabaña en la entrada de la Bahía de La Habana. El hotel cuenta con 36 pisos y 250 habitaciones, 36 de ellas suites, y un elegante diseño inspirado en el ballet, el son cubano y la salsa.

La apertura fue realizada con motivo de las celebraciones por los 500 años de la capital de Cuba.

Heather Mc Crory, consejera delegada de Accor para América del Norte, Centroamérica y el Caribe, se deshizo en elogios hacia los dictadores cubanos, a quienes agradeció “por proporcionar las condiciones necesarias que han permitido que este proyecto tome forma y florezca. Cuando el mundo celebra las ricas tradiciones del pasado de La Habana, este proyecto señala un futuro exitoso, tanto para el turismo de Cuba como para Accor en América”.

Junto a los hoteles Manzana Kempinski, regentado por la compañía suiza Kempinski, y Packard, administrado por la española Iberostar, el Paseo del Prado, se va llenando de elementos diseñados para una clase alta burguesa del capitalismo que una vez tanto se criticó por parte del gobierno comunista, que ahora no puede vivir sin ella.

“Este nuevo hotel demuestra que no nos invade el desconcierto. El país sigue vivo, funcionando y desarrollándose económicamente”, expresó el viceministro primero de Turismo, Juan Carlos García.

Datos oficiales del MINTUR indican que antes de que culmine el año se abrirán unas doce instalaciones turísticas que ubique el número de habitaciones en 3800. Todo ello en un contexto donde Cuba ha visto decaer el arribo de turistas en aproximadamente un 6 por ciento, haciendo imposible superar la meta impuesta a inicios de año donde se proyectaban recibir cinco millones de visitantes.