La FAO predice agudización de la crisis alimentaria en Cuba durante el 2023

El propio Estado ha elevado en múltiples ocasiones los precios topados para algunas de las producciones que se manejan centralmente. (Foto: Periódico Cubano)

El primer boletín anual sobre Cuba predice que por cuarto año consecutivo disminuirá la superficie destinada a la siembra de alimentos debido a la escasez de insumos agrícolas, incluyendo fertilizantes químicos, cuyo precio en el mercado internacional se ha elevado debido a la guerra en Ucrania. El régimen comunista apoya a Vladímir Putin en su conflicto bélico en territorio ucraniano.

Los territorios que tradicionalmente tienen una eficiencia aceptable en la producción de alimentos, como la provincia Pinar del Río, en 2023 no tendrán resultados mejores que los malos años de 2021 y 2022. Según las predicciones, el sistema de riego de los cultivos de arroz en Pinar del Río sufrió un serio daño tras el paso del huracán Ian en septiembre y no han sido reparados a tiempo para la campaña arrocera. Se estima una disminución considerable en la producción.

Este déficit no podrá ser cubierto por las importaciones debido a que el precio de los cereales en el mercado internacional se ha vuelto inaccesible debido a la falta de liquidez en la economía estatal. Las donaciones de «países amigos» como China y Vietnam no son suficientes, y ya se observa que el precio de una libra de arroz en el mercado de la isla ha aumentado hasta 80 pesos cubanos (CUP).

GIEWS advierte que la siembra de maíz también enfrentará una situación similar, ya que no cuenta con el tecnología necesaria para garantizar una eficiencia en la producción.

Según cifras oficiales del régimen castrista, la inflación en los precios de los alimentos fue del 114% en 2021 y del 63% en 2022. Estos números no incluyen los precios del mercado informal.

El propio Estado ha aumentado en varias ocasiones los precios controlados para algunas de las producciones manejadas centralmente. El caso más notorio es el de la papa, que ha recibido varios aumentos de precio por decreto. La última subida fue la semana pasada, cuando el precio de una libra de papa distribuida por la libreta de racionamiento subió de seis a 11 pesos cubanos.

El ministerio de Agricultura justifica estos aumentos diciendo que «los gastos necesarios para la producción y comercialización de la papa no pueden generar pérdidas ni subsidios al presupuesto del Estado».

El último eslabón en la cadena es el cubano de a pie, que enfrenta con el mismo salario desde enero de 2021, tras la fallida reforma edulcorada como “ordenamiento monetario”, la continua subida de los precios que hacen prácticamente imposible comer en Cuba.