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Familias de la Habana Vieja obligadas a regresar a un edificio en peligro de derrumbe
En el grupo de afectados hay cuatro menores de edad y un hombre de 68 años con limitaciones visuales
Cuatro familias se vieron obligadas a regresar a un edificio en ruinas ubicado en la calle Aguacate 478, entre Muralla y Teniente Rey, Habana Vieja, luego de que las autoridades de la Dirección Municipal de la Vivienda les otorgaran como única opción de alojamiento sus oficinas, informó el portal Diario de Cuba.
Los afectados tuvieron que abandonar las instalaciones de la entidad gubernamental porque, según explicaron, no tenían las mínimas condiciones para vivir y ahora temen por su seguridad.
“En ese lugar no tenemos servicio de agua ni baño y solo podemos ir a dormir en el piso, porque ni siquiera tenemos colchoneta. Además, todas nuestras pertenencias siguen en nuestras casas y tenemos que venir a cuidarlas si no queremos que nos las roben”, declaró Noemí Sánchez, de 57 años.
“Nos han prometido casa en un edificio que se está construyendo en San Agustín, en la Lisa, pero no tenemos fecha ni sabemos cuándo se terminará la construcción”.
La promesa inconclusa de Eusebio Leal
De acuerdo con Marta Carrión, otra de las vecinas, en 2001 el fallecido Eusebio Leal —historiador de La Habana— vio el edificio y le pidió a sus moradores un voto de confianza para arreglarlo pero, como otras tantas cosas del Gobierno cubano, todo quedó en palabras y nunca se hizo nada.
“Hace tres años comenzaron a irse las primeras familias de aquí porque está inhabitable, todas las habitaciones se filtran y hace décadas que no recibe ninguna reparación”, agregó.
En total fueron 16 las personas reubicadas de manera provisional en las oficinas de Vivienda Municipal de La Habana Vieja. En este grupo hay, además, cuatro menores de edad y un hombre de 68 años con limitaciones visuales. Hasta la fecha, solo un puñado sigue durmiendo en las instalaciones, mientras que otros han regresado de manera definitiva a sus casas a la espera de algún milagro.
“El tratamiento que nos han dado me parece inhumano. Hace años pedimos un desglose de nuestras viviendas y nunca nos lo dieron, a pesar de que tenemos hijos y nietos, mientras otras personas se han hecho de una casa de tres cuartos y viven solos. La comida que nos dan es una bazofia, casi siempre se la damos a los perros porque no podemos comérnosla”, afirmó Elisergis Pérez.
Derrumbes y déficit de casas, dos fantasmas que azotan La Habana
Los derrumbes son un problema común para los habitantes de la capital cubana. A pesar de ser un peligro mortal, las autoridades hacen caso omiso y mantienen una enorme deuda en materia de vivienda con la población. Según cifras oficiales, en la Isla existe un déficit de más de 900 mil hogares.
A finales del pasado mes de septiembre, Luis Antonio Torres Iríbar, presidente del Consejo de Defensa Provincial de La Habana (CDP), señaló que los derrumbes son utilizados por los “enemigos de la Revolución con fines evidentemente mezquinos”.
Las palabras del funcionario fueron recogidas solo unas horas después del fallecimiento de la vecina en la calle Cuba, quien quedó sepultada entre los escombros, y días antes de lo que hubiese sido el cumpleaños número 12 de Lisnavy Valdés Rodríguez, una de las tres víctimas del colapso de un balcón en la misma localidad en enero del presente año.