La historia de la Casa Abreu

 La historia de la Casa Abreu es larga, y se le llama también Casa Steinhart por la época y la familia propietaria; la proyecto y construyó el arquitecto Charles Brun por encargo de Pedro Estévez Abreu, el hijo de Marta Abreu, y montada sobre otra ya existente del siglo XIX,  ubicada en Prado 120  (antes 48) esquina Trocadero.

Ahí vivió Estévez Abreu con Catalina Lasa, hasta que se terminó de construir la mansión que él le regalo a ella en El Vedado.

La casa Abreu, se le conoce como palacete, tiene dos plantas del estilo neoclásico, de fina ornamentación, sin desentonos del eclecticismo al uso de los cubanos ricos de principios del siglo XX. El primer piso tiene una sala de billar, zaguán, escritorio, un fumador, una gran galería, dos patios, tres dormitorios, un baño, habitaciones para el portero y el cochero, caballeriza y zona de carruajes con salida a la calle Trocadero. Estos dos últimos eran espacios característicos de las casas coloniales cubanas, cuando ya comenzaban a reservarse plazas de estacionamiento y dependencias para un chofer, porque se introducía el automóvil en Cuba.

El segundo piso tenía un gran salón comedor para fiestas, cinco dormitorios, dos patios, galería, tres habitaciones para el servicio, comedor, cocina, despensa y ropero.

Fue a finales de 1906, que Pedro ya separado de Catalina y viviendo en París, le vendió su casa a su madre Marta quien venía de vacaciones con su esposo Luís Estévez y Romero, porque ambos vivían en París.

La casa tenia obras de arte, frescos de Romañach y muchas antigüedades. Al fallecimiento de Marta Abreu  y Luís Estévez,  regresa a Pedro por herencia.

En 1910 Pedro la vende a Frack Steinhart, el primer cónsul de Estados Unidos en Cuba. Quien vivió allí hasta su divorcio de su mujer Florence Steinhart y Ledden que se quedó con ella en la división de bienes hasta 1953.

En actualidad la casa Abreu funciona como Escuela Primaria Especial Emma Rosa Chuy.

Con información de Ciber Cuba