La increíble historia que originó el Día de los Padres

En Cuba, el Día del Padre se celebra el tercer domingo de junio de cada año. (Foto de referencia: Periódico Cubano)

El Día del Padre, que muchas naciones celebran el tercer domingo de junio, surgió a principios del siglo XX en los Estados Unidos.

En un principio, fue impulsado por una mujer llamada Sonora Smart Dodd, quien deseaba rendir homenaje a su padre, William Jackson Smart. Sonora quería destacar el amor, el apoyo y el sacrificio que su padre le había brindado a ella y a sus cinco hermanos en una granja de Washington, criándolos por sí solo después de que su madre falleciera en el parto.

Inicialmente, Sonora propuso que el Día del Padre se celebrara el 5 de junio, coincidiendo con el cumpleaños de su padre. Sin embargo, debido a la falta de tiempo para organizar adecuadamente la celebración, se decidió posponerla al tercer domingo de junio.

Esta elección permitió tener suficiente tiempo para preparar los eventos y realizarlos bajo un clima agradable y típicamente veraniego en muchos países.

La iniciativa de Sonora Smart Dodd ganó apoyo rápidamente y, en 1910, el estado de Washington se convirtió en el primero en celebrar oficialmente el Día del Padre el tercer domingo de junio. A medida que la idea se extendió a otros estados, la festividad ganó popularidad y reconocimiento nacional.

Finalmente, en 1972, el presidente de los EEUU, Richard Nixon, firmó una proclamación que establecía el Día del Padre como una celebración oficial en todo el país, a ser festejada el tercer domingo de junio. Esta decisión aseguró que la fecha fuera reconocida y honrada en toda la nación.

Aunque el Día del Padre se celebra en diferentes fechas en todo el mundo, la elección del tercer domingo de junio en los EEUU ha influido en muchos lugares, que han adoptado esta fecha para homenajear a los padres. Cabe mencionar que algunas culturas y países pueden celebrarlo en fechas distintas, respetando sus tradiciones y costumbres únicas.

En Cuba, el Día del Padre se celebra el tercer domingo de junio de cada año. Las familias cubanas suelen reunirse y pasar tiempo juntas para celebrar con una comida especial, una botella de ron y algún que otro buñuelo o boniatillo.