La inflación no cree en santos: cobran hasta 5 mil dólares en Cuba por rituales religiosos

Babalú Ayé entre los yorubas, Agróniga en tierras Lucumí, o San Lázaro en el sincretismo, es uno de los santos con más devotos en Cuba. (Foto: Periódico Cubano)

El mal llamado ordenamiento económico y la escasez de producciones en Cuba ha conllevado a una descomunal inflación en el país, de la cual no escapan ni los santos. De acuerdo con testimonios de practicantes de la religión Yoruba, en la actualidad el proceso de conversión a santero Yemayá, Shangó, Oshún y Obbatala puede alcanzar hasta los cinco mil dólares.

Un artículo del medio América Tevé refiere que hacerse santo dentro de Cuba se han convertido en el proyecto religioso más caro de la Isla, pues durante el largo camino de un año para cumplir con los criterios de la religión Yoruba el gasto de dinero alcanza niveles récords. La principal incidencia sobre el costo final la tiene la cantidad de animales que se debe reunir.

En dependencia del santo varían los requisitos y, con ello, el precio, por lo cual están en un rango de entre tres y cinco mil dólares; aunque para una persona que reside en el extranjero la cuenta asciende hasta los ocho mil dólares.

De acuerdo con la persona entrevistada por el citado medio, los precios por hacerse un santo en Miami están en torno a los 11 mil dólares, por lo cual todavía sigue siendo una mejor opción ir a Cuba a realizar el proceso.

Santos como Elegguá y Oyá tienden a ser más caros que el resto, debido a que requieren más cosas. Algunos de los más comunes, como Yemayá, Shangó, Oshún y Obbatala, puede rondar sobre los tres mil dólares, y un Ifá entre cuatro mil y cinco mil, dado los altos precios de los animales.

“Ahora mismo comprar los animales para un santo te pueden salir en 50,000 pesos cubanos (CUP), y ni hablar de la comida. Este tipo de cosas, acompañado también por la escasez, provocan los precios altísimos para recibir un santo aquí en Cuba”, reveló José Alejandro González, un joven santero que estuvo de acuerdo en revelar su identidad.

Además de los animales, generalmente se necesitan confituras como caramelos y bebidas espirituosas como el aguardiente.

El otro elemento que integra el costo de un santo es el propio dinero que cobra el padrino por el trabajo que va a realizar con la persona que quiere iniciarse en ese mundo. Aquí hay otro punto de mucha variabilidad en la factura final; no obstante, al igual que casi la totalidad de la economía nacional, se cobra en dólares estadounidenses.