La Pereza: conoce al culpable de tus fracasos

La pereza ha invadido nuestras vidas. Ahora somos débiles y estamos decepcionados de nosotros mismos. (Captura de pantalla © Paola Herrera – YouTube)

Hemos conocido la pereza como la falta de deseo de trabajar, algo que es cierto, pero al mismo tiempo esta es una definición muy simple para una cuestión suficientemente seria.

La pereza es una tentación para casi todos. Usualmente, luchamos contra la pereza todos los días. Desde temprano en la mañana, algunos de nosotros sentimos esa sensación de no poder salir de la cama, incluso cuando hemos planificado una serie de tareas.

La pereza ha invadido nuestras vidas. Ahora somos débiles y estamos decepcionados de nosotros mismos. Detrás de la pereza, es posible encontrar consecuencias devastadoras que provocarán incapacidad para lograr tus sueños, daños a la salud, problemas sociales y luchas económicas. Por lo tanto, deberíamos ver la pereza desde otra perspectiva, como una enfermedad oculta de la que debemos preocuparnos.

Incapacidad para alcanzar nuestros sueños

Es posible que hayas visto innumerables veces cómo la pereza funciona en contra de nuestros deseos más profundos, causando incapacidad para lograr nuestros sueños, al punto de que pareciera imposible materializar nuestros objetivos. La pereza nos hace caer en un sueño profundo, lo que convierte nuestros intentos de triunfo en un rotundo fracaso. Vivimos anhelando cosas, pero terminamos sin lograr nada.

De acuerdo con la primera ley de Newton, (Principios Matemáticos de la Filosofía Natural, 1687), se establece que un objeto permanecerá en reposo a menos que una fuerza externa actúe sobre él. Esta ley se aplica a las personas.

Mientras que algunos son naturalmente diligentes, otros son apáticos y requieren motivación para superar la inercia. La pereza probablemente sea el enemigo número uno del éxito. Una vez, leí que deberíamos preguntarnos repetidamente: ¿Qué cosas hay que hacer?; ¿Por qué no lo hago yo?; ¿Por qué no ahora, en lugar de dejar todo para mañana? De lo contrario, podríamos estar involucrados en un círculo vicioso eterno, que no nos lleva a ningún lado.

Daños a la salud

Superar la pereza produce satisfacción y, por lo tanto, aumenta la autoestima, pero cuando hemos caído en las redes de vil pereza, podemos acabar absorbidos por una depresión que no es más que una profunda angustia que causa alteraciones cognitivo-cerebrales, según la Organización Mundial de la Salud.

Todo esto nos hace víctimas de lo que podríamos llamar el síndrome del perdedor, por no haber logrado nuestros objetivos a corto y largo plazo. Además, el perezoso refleja debilidad ante las tentaciones diarias. Por ejemplo, si su anhelo es practicar deportes, la pereza le propondrá mirar una película, descansar en su cómodo sofá; o si desea tomar un jugo natural recién hecho, con la intención de crear buenos hábitos alimenticios… ¡Pero usted es demasiado perezoso para prepararlo!

Veamos lo que Maslow refleja en su obra (Una teoría sobre la motivación humana 1943): se dibuja una escala piramidal que se expone con la idea de mostrar una jerarquía que explica que las necesidades fisiológicas inhiben nuestro pensamiento lógico y prudente. Siendo este el caso, no puede haber otra manera que superar nuestra humanidad, controlar nuestros impulsos inconscientes y huir de la esclavitud a la que estamos sujetos por la pereza.

Problemas sociales

Dependiendo de tus hábitos, la forma en que te proyectas es lo que las personas verán de ti, y el reflejo negativo que la pereza te otorgará no puede ayudarte a ganar el respeto de los demás. Es muy posible que tampoco puedas mantener a tus amigos, ya que probablemente se cansen de ti y empiecen a ignorarte, cuando se den cuenta de que no pueden contar con tu palabra.

Además, una persona perezosa debe comenzar a construir su inteligencia emocional, comenzando con la autogeneración de emociones positivas, que nos ayudan a elegir cómo sentirnos en cada situación. De esta manera, podemos administrar nuestra vida cotidiana con dinamismo.

Luchas económicas

Nuestras finanzas van a ser dañadas por la pereza que arrastramos. El expresidente de los Estados Unidos, Barack Obama, mostró su preocupación por las nuevas generaciones que han crecido sin el coraje para trabajar, para construir un futuro basado en el empleo y la educación; prefiriendo, en cambio, depender de los pagos escasos, creyendo que se merecen todo sin hacer nada.

Incluso Albert Einstein (El mundo como yo lo veo, 1935) advirtió: «El inconveniente de las personas y los países es la pereza de encontrar soluciones». Además, la gestión de nuestro futuro económico depende de nosotros; si no trabajamos en nuestros proyectos con disciplina, probablemente nunca seamos merecedores de una vida bendecida.

En resumen, la pereza debe ser vista como un problema serio en tu vida. No es solo algo circunstancial, no es una palabra simple en el diccionario, es un ancla que te lleva al fondo del océano. La pereza te mantiene dormido, soñando que el mañana es el día en donde actuarás sobre tu vida y tus decisiones, pero no es así. En cambio, la pereza te mantiene en un letargo, en una nube oscura llena de devastadoras consecuencias.

¡Este es un llamado a la conciencia! Debemos vivir en el amor ferviente de querer aprender, querer mejorar, querer hacer. Si usted sufre de pereza, es hora de que saque sus propias conclusiones.

Artículo de opinión publicado bajo la Política de Renuncia de Responsabilidad de Periódico Cubano