La verdadera cara de los subsidios en Cuba

El gobierno cubano trabaja desde hace unos meses con más fuerza en lo que anteriormente era un negocio redondo de corrupción y burocratismo, la vivienda. Al menos así lo presenta el presidente del país Miguel Díaz-Canel en cada alusión relacionada con el asunto. Pero los perjudicados, la población, siguen sufriendo de esperas y malas respuestas.

Alina Caridad Sigarate es una vecina de la provincia de Holguín a la que le fue otorgado un subsidio hace ya tres años y aún sigue sin casa. Alina relata que luego del ciclón Sandy y de mucho trabajo le fue otorgado un subsidio para construir. El monto inicial fue de 90 mil pesos cubanos, pero no fue esta la cifra final.

El especialista encargado de supervisar la construcción comenzó una “guerra” por disminuir el dinero que el gobierno le había concedido, como si fuera él mismo el dueño.

La obra le fue paralizada sin ninguna causa y solo supo de esta decisión cuando fue al sitio donde venden los materiales de la construcción y vio como sus papeles decían que su subsidio era ahora de 58 mil pesos solamente.

Luego de incontables visitas a la Dirección Municipal de la Vivienda (DMV) sin que fuera debidamente atendida logró entrevistarse con el Presidente del Gobierno municipal quien mandó a restablecer el monto original del subsidio.

Además, a ruegos de algo lógico Alina pidió que le cambiaran el proyecto de su vivienda que solo constaba de cuarto, baño y cocina. Ella ya contaba con una cocina en buenas condiciones.

Ante las indicaciones hechas por el Presidente del Gobierno al técnico y al director de la DMV sobre resolver la situación, cuenta la subsidiada que comenzó otra ronda de visitas a estos y siempre recibía la misma respuesta: “No se preocupe, la visitaremos”. Esto sucedió en junio del año 2017.

Pasó todo un año sin respuesta ni visita. El técnico fue sancionado y quien le sustituyó dijo que tenía órdenes de no visitar esa vivienda.

Ante la descarada inactividad de los funcionarios de la entidad del gobierno, la damnificada hizo la zapata de la casa, para entonces recibir la visita del nuevo técnico y ver como este le informaba que no iba a certificar esa zapata, sabiendo Alina que otras con peor calidad habían sido aprobadas.

El monto de infortunios y falta de respeto a la vecina de la calle 12 de Deleite, Banes, no paró.

Este año su casa fue visitada por una Trabajadora Social que encontró una situación pésima de vivienda. El hijo de Alina, paciente oncológico, había sido operado hacía poco tiempo y debía hacer las necesidades en una letrina improvisada.

Al día de hoy, Alina no tiene respuesta. La Revolución cubana que ha atendido y operado a su hijo gratuitamente, le cobra la salud a su hijo y a ella dejándola desamparada y maltratada por las entidades y personalidades del gobierno que le quitan la posibilidad de hacer su casa.

Con información de Juventud Rebelde