Ley de Salud Pública excluye la eutanasia hasta que existan “las condiciones necesarias” en Cuba

José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud Pública de Cuba. (Captura de pantalla: Canal Caribe – YouTube)

La regulación para aplicar la eutanasia en Cuba quedó fuera del anteproyecto de la Ley de Salud Pública que se publicó recientemente tras ser redactado por una comisión de la Asamblea Nacional del Poder Popular. La primera versión del documento, discutida en diciembre por los diputados, sí planteaba la posibilidad de implementar la práctica de una muerte digna. ¿Qué pasó?

De acuerdo con José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud Pública de Cuba (Minsap), la implementación de la eutanasia requeriría de una normativa jurídica más amplia que solo sería redactada cuando existan las “condiciones necesarias”.

En ese sentido, Dagmara Cejas Bernet, Directora Jurídica del Minsap, declaró que por el momento se sigue buscando asesoría sobre “cuándo sería el momento óptimo y adecuado para abordar las técnicas que finalizan la vida”, basándose en regulaciones sanitarias y éticas. Además, se quiere más tiempo para abordar las diferentes situaciones de salud y las respuestas que el sistema sanitario cubano debe brindar en cada caso, evitando, por ejemplo, el “ensañamiento terapéutico”.

En redes sociales algunos cubanos opinan que la causa raíz por lo cual el tema queda excluido de una legislación es que el país no cuenta con el acceso a medicamentos que son claves al momento de la aplicación de la eutanasia.

No obstante, los dirigentes recordaron que el derecho a una muerte digna está reflejado en la Constitución de la República de Cuba de 2019, lo cual garantiza la dignidad humana como valor supremo, incluso después de la muerte.

¿Qué es la eutanasia?

La eutanasia es un tema de profunda complejidad ética y moral que suscita debates en diversas esferas de la sociedad. Etimológicamente, la palabra eutanasia proviene del griego: “eu” que significa “bueno”, y “thanatos” que se traduce como ‘muerte’, configurando la noción de una “buena muerte”.

Esta práctica implica proporcionar medios para causar la muerte a un individuo con el fin de terminar con su sufrimiento, usualmente debido a una enfermedad incurable o condición médica extremadamente dolorosa y debilitante. Los recursos e insumos para aplicar la eutanasia pueden variar dependiendo de la legislación y las prácticas médicas de cada país, pero comúnmente incluyen el uso de medicamentos como barbitúricos en dosis letales, que deben ser administrados por personal médico cualificado bajo condiciones estrictas.

La legalidad de la eutanasia varía ampliamente en el mundo. Hasta abril de 2023, solo unos pocos países como Bélgica, Países Bajos, Canadá, Colombia, Luxemburgo, España y algunas jurisdicciones de Australia y Estados Unidos reconocen la eutanasia como un derecho bajo circunstancias específicas y controladas.

Las principales polémicas en torno a la eutanasia giran alrededor de dilemas éticos, morales y religiosos. Hay argumentos que defienden la autonomía del individuo y su derecho a decidir sobre su propio cuerpo y vida, especialmente cuando enfrentan un dolor y sufrimiento insostenibles. Otros enfoques condenan la eutanasia, considerándola contraria a la ética médica, donde prima el principio de “no hacer daño”, y a convicciones religiosas que sostienen la sacralidad de la vida.

La discusión también incluye el riesgo de abusos o deslizamientos hacia decisiones no completamente voluntarias, así como la posibilidad de que las personas con enfermedades crónicas o discapacidades se sientan presionadas a optar por la eutanasia. Además, la eutanasia pone de relieve la necesidad de mejorar los cuidados paliativos, ofreciendo alternativas de acompañamiento y mitigación del dolor que respeten la dignidad y calidad de vida del paciente hasta su muerte natural.