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Los centrales azucareros de Cuba ahora experimentan una nueva modalidad: el agroturismo
El Gobierno intenta sacar provecho a lo que ha quedado de la desmantelada industria azucarera cubana

Los centrales azucareros en Cuba, o más bien, lo que queda de ellos, han pasado a una nueva modalidad. El Gobierno intenta sacar provecho a lo que ha quedado de la desmantelada industria azucarera cubana para atraer al visitante extranjero mediante el “agroturismo”, una actividad que seduce especialmente a los europeos.
Según la agencia cubana Prensa Latina, muchos viajeros se sienten motivados por conocer las interioridades de este sector que quedó en ruinas por una iniciativa de Fidel Castro en 2002.
Dentro de las excursiones promovidas por las autoridades está un recorrido por el Central Patria, a tres kilómetros de Morón, en Ciego de Ávila, que trabajó desde 1914 a 2000 y en la actualidad ha quedado para museo.
En sus salas se puede ver tanto al aire libre como en interiores una muestra de la trayectoria de la industria del dulce en la Isla.
Guías contratados, además de reseñar al visitante los datos de más interés, acompañan a un grupo de actores que recuerdan otros tiempos, en épocas de la esclavitud. La exhibición se completa con piezas industriales antiguas y un buen parque de locomotoras.
Al término de la visita, los turistas viajan en un tren de época por un paisaje azucarero hasta una finca en la que se realiza un almuerzo.
En la década de los años 90 en Cuba existían unos 176 centrales azucareros. De los 90 al 2000 cerraron más de 100 industrias cubanas de este tipo, por orden de Fidel Castro. El sector tocó fondo con una producción de 1.100.000 toneladas en la zafra 2009-2010.
El rubro económico actualmente sigue en crisis. La Isla produjo en 2016-2017 alrededor de 1.800.000 toneladas, según datos oficiales.
El sector no ha logrado hasta el momento recuperar los resultados de hasta ocho millones de toneladas alcanzados en otros tiempos, cuando la producción de azúcar era considerada la locomotora económica de Cuba.
También la vida de las comunidades que se establecían en torno a estas factorías quedó totalmente frustrada tras la caída o el cierre total de ellas.
FUENTE Prensa Latina y Diario de Cuba
