Los pobres en Cuba son los que más sufren con el aumento de precios tras el ordenamiento económico

Los pobres en Cuba son los que más sufren con el aumento de precios tras el ordenamiento económico. (Foto ilustrativa: Periódico Cubano)

El aumento desmedido de los precios en Cuba ha golpeado con más fuerza a los pobres, aquellas personas con menor poder adquisitivo. Son ellos los que más porcentaje de sus ingresos gastan en comida y productos de primera necesidad, esos que hoy son un lujo dentro de la Isla.

Los efectos del “ordenamiento monetario”, diseñado durante más de 10 años, se traducen en una inflación provocada por el déficit de oferta en los mercados internos y una devaluación del 2300% al abandonar –desde el pasado 1ro de enero- la tasa de cambio monetaria de 1×1 en el sector empresarial.

El economista cubano Pedro Monreal señaló este martes en su perfil de Facebook que “la inflación del precio de los alimentos tiene un efecto asimétrico pues hace más pobres a los pobres. La razón no es difícil de entender: los pobres gastan un % mucho más alto de sus ingresos en alimentos básicos”.

Ante este escenario el gobierno debe dar pasos hacia la anunciada política de subsidiar personas que han quedado vulnerables, pero dichas políticas “exigen gastos presupuestarios adicionales para aminorar pérdidas de poder adquisitivo”.

En la actualidad la economía cubana padece de una “hiper-devaluación que encarece abruptamente el costo de las importaciones y si no existe capacidad para sustituirlas con oferta nacional, aumenta el empobrecimiento nacional”.

Según Monreal la existencia de una “línea muy fina entre la devaluación como un instrumento de política económica para reducir o eliminar distorsiones y la devaluación como un proceso catalizador de pobreza” ha conllevado a la compleja situación actual.

“Contrario a las visiones convencionales sobre las devaluaciones, no es suficiente considerarlas como una todopoderosa “externalidad” positiva para el funcionamiento de las empresas. Se requiere una visión “microeconómica” realista sobre la productividad empresarial”, comenta el catedrático cubano.

El tema de la producción de alimentos por parte de la agricultura cubana es de especial interés para superar la crisis actual. “La situación es complicada en cuanto a la producción agropecuaria. Acostumbrada a importar alimentos que la ficticia tasa de cambio 1:1 hacía “más baratos”, la política de inversión agropecuaria y agroindustrial ha sido insuficiente y eso está pasando factura hoy”.

Para contrarrestar estos efectos Monreal recomienda dar más apoyo estatal al sector privado, principal responsable de la producción de alimentos en Cuba.

“El productor privado es clave para la oferta de alimentos. Necesita reducir riesgo y tener rentabilidad. El apoyo estatal debe incluir subsidios, créditos, acceso a divisas, legalizar PYMES, exportación e importación directa, y la negociación directa con inversión extranjera”.

Por último, Monreal parece aclarar que sus propuestas no con incompatibles con la regulación estatal sobre la economía ni mucho menos con el sistema político imperante en Cuba. Sus palabras son claras: “El funcionamiento de un mercado efectivo exige descartar el esquema de planificación centralizada y concederle una función importante al precio de mercado. Eso no es incompatible con formas de regulación”.

Queda por ver si el gobierno cubano escucha consejos o sigue empecinado en el proceso de “prueba y error” se sus fallidas políticas.