Madre cubana súplica por visa humanitaria para su hijo enfermo de cáncer en la Isla

Arlety Llerena Martínez lamenta la falta de recursos médicos para salvar la vida de su hijo en Cuba. (Foto © Cubanet – Web)

Un niño cubano de siete años, llamado Jorge Esteban Reina Llerena, requiere con urgencia una visa humanitaria para recibir atención médica en Estados Unidos. Este menor padece leucemia linfoide aguda, una enfermedad que no puede ser atendida de manera correcta en la Isla ante la falta de medicamentos e insumos clínicos.

Arlety Llerena Martínez, madre del pequeño paciente, comentó al medio independiente Cubanet que actualmente su hijo recibe quimioterapia cada 28 días en el Instituto de Hematología e Inmunología en La Habana. Sin embargo, se teme que pueda recaer en cualquier momento.

“Es muy triste y doloroso para mí escuchar que mi niño necesita, y es la única salvación, un trasplante medular que en Cuba no se realiza”, declaró la progenitora, quien también denunció la falta de recursos en el país para realizar el análisis de compatibilidad y el trasplante.

Asimismo, agregó: “Solo tiene un 10% de esperanza de vida aquí en Cuba, donde solo le están poniendo tratamiento de mantenimiento, pues no tienen otra opción. La única esperanza para que mi niño se salve es viajar a Estados Unidos para hacerle el trasplante”, especificó.

Ante esta situación, el padre de Jorgito, residente en Estados Unidos, lo ha inscrito en el Hospital Infantil Nicklaus de Miami, donde los médicos coinciden en que el trasplante de médula ósea es la única solución. Sin embargo, el proceso de solicitud de visa humanitaria, que debía resolverse en 120 días, ha superado ese plazo sin respuesta.

“Ya estoy desesperada. Cada día que pasa la agonía es peor. Como madre, lo único que pido es que nos ayuden en este proceso migratorio, que se logre y que nos llegue la cita, Su papá correrá con todos los gastos, solo necesitamos la visa para que el niño pueda hacer su tratamiento, vivir y ser feliz”, manifestó la madre.

Jorgito solo tenía un año y nueve meses de edad cuando fue diagnosticado con leucemia linfoide aguda, que se trata de un cáncer en la sangre y médula ósea. En ese momento, el médico a cargo del menor comentó a la madre que el niño solo tenía un 75% de vida, si no recibía la referida atención médica.

A los dos años, tuvo su primera recaída y luego comenzó a ser sometido a quimioterapia invasiva y tratamiento oral. La situación se complicó aún más cuando los médicos tuvieron que extirparle un testículo, lo que redujo sus probabilidades de vida a un 40%.

Las radiaciones necesarias para tratar su enfermedad también le provocaron esterilidad, un golpe devastador para la familia. “Siempre mantuve la esperanza de que todo este sufrimiento y dolor de mi bebé era para curar su enfermedad”, confesó la madre al medio independiente.

Lamentablemente, las recaídas continuaron. En la tercera, ocurrida hace menos de un año, las probabilidades de vida de Jorgito se redujeron a solo un 10%. Desde entonces, su vida ha sido extremadamente limitada. Con un sistema inmunológico debilitado, ha enfrentado otras enfermedades graves como neumonía, que lo han llevado a estar en terapia intensiva.