Madre cubana vende la bicicleta de su hija para comprar comida en la Isla

El dinero obtenido por la bicicleta solo sirvió para comprar algunos productos. (Foto: Mariela Gabote – Facebook)

Mariela Gabote, una madre cubana desesperada, tomó una decisión que resalta las difíciles circunstancias económicas en el país caribeño: vendió la bicicleta de su hija para comprar alimentos, que al final de cuentas solo durarán unos días.

El pasado 10 de noviembre, la mujer cambió la bicicleta por 12.000 pesos cubanos (CUP). Con ese dinero, se lanzó a adquirir productos básicos para su familia. Lo que siguió fue un revelador registro de sus compras, que incluyeron diferentes productos como:

• 2 paquetes de refresco Zuco: 160 CUP
• 2 frazadas de piso: 320 CUP
• 2 lb de queso: 660 CUP
• 10 lb de pollo: 3300 CUP
• 2 lb de molleja: 800 CUP
• 3 lb de picadillo de pollo: 900 CUP
• 1 lb de ají cachucha: 160 CUP
• 1 lb de frijol negro: 500 CUP
• 1 lb de frijol colorado: 550 CUP
• 1 lb de tomate: 250 CUP
• 1 paquete de galletas de soda: 200 CUP
• 1 paquete de perrito (salchicha): 370 CUP
• 1kg de leche en polvo amarilla 1.800 CUP
• 16 pomitos de refresco dietético Tukola: 2.080 CUP

A pesar de sus esfuerzos por administrar el dinero, Gabote no pudo cubrir todas las necesidades con lo obtenido de la venta. “Pues fin del cuento porque saqué la cuenta y ya voy por 12.050 CUP y por supuesto jamás terminé de cubrir las necesidades”, expresó con tristeza.

La mujer cuestionó su situación y la del país, compartiendo su dolor y confusión. “Yo no sé si es que yo soy muy pobre, si el problema lo tengo yo, debe ser, yo me imagino que el problema lo tengo yo y que las personas en su casa tienen de todo y se alimentan bien”, manifestó.

Cuba enfrenta una de sus peores crisis económicas de los últimos años. La constante devaluación de la moneda nacional deja a los ciudadanos aún más desprotegidos, e historias como la de Gabote son cada vez más comunes.

Este problema que azota a la Mayor de las Antillas no solo ha llevado a decisiones desesperadas como la venta de pertenencias personales para subsistir, sino que también ha agudizado otras situaciones críticas.

Notablemente, ha habido un alarmante incremento en la delincuencia, ya que más ciudadanos se ven empujados al borde de la desesperación en su lucha por satisfacer necesidades básicas y recurren a actos injustificables.

Paralelamente, la migración se ha intensificado significativamente. Cada vez más cubanos, desesperanzados por la situación en el país, buscan nuevas oportunidades en el extranjero, lo que demuestra el impacto devastador de la crisis en la estructura social y la estabilidad de la nación.