Maduro permite inversión privada en empresas nacionalizadas por Chávez

Nicolás Maduro, conductor de guaguas devenido en diplomático y luego en continuador del chavismo, seleccionado por el propio Hugo Chávez antes de morir, comenzó a desmontar las políticas de su mentor con el único objetivo de mantenerse con vida en el Palacio de Miraflores.

Hace algunas horas, el dictador venezolano anunció la venta de acciones en las casas de bolsas nacionales de empresas de sectores estratégicos que en su día fueron nacionalizadas por Chávez.

Ahora los inversionistas privados podrán hacerse con títulos de propiedad de compañías como CANTV (la principal telefónica del país) o Movilnet (el principal operador de líneas celulares de Venezuela) que acuden al mercado para recibir financiamiento ante el deplorable estado de las finanzas públicas.

Sin embargo, la participación privada estará limitada para que el Estado siga con el control mayoritario en la toma de decisiones. “Vamos a sacar entre 5% y 10% de las acciones de varias empresas públicas para la inversión nacional, fundamentalmente, o internacional”, indicó Maduro en cadena nacional.

“Usted se podrá convertir en inversionista de CANTV, Movilnet, de Pequiven, de las empresas mixtas de petróleo, de gas, de las empresas básicas de Guayana (hierro, acero, aluminio)”, promocionó el dictador antes de reconocer explícitamente que “necesitamos capital”.

Desde que Maduro llegó al poder en 2013, y hasta el cierre del 2021, Venezuela ha sufrido una caída del 80% del Producto Interno Bruto (PBI). Asimismo, las erróneas políticas económicas han llevado a que más de seis millones de venezolanos hayan tenido que emigrar del país.

La falta de inversión en la petrolera estatal, PDVSA (que no va a ofertar acciones al sector privado), ha imposibilitado aumentar la producción para aprovecharse de los altos precios del crudo en el mercado internacional.

Tiziana Polesel, presidenta de la cámara que reúne a los comerciantes del país Consecomercio, dijo que “cualquier paso hacia la apertura y cualquier paso hacia la democratización, incluso de las empresas, puede ser vista de manera positiva, pero evidentemente, todo pasa por el elemento confianza”.

Y es que no se trata de un gesto de apertura, sino de una medida de último momento para financiar a un Estado que ha dilapidado los recursos del país y ahora en plena bonanza del petróleo no tiene dinero.

Por su parte, el académico venezolano Javier Corrales, uno de los que ha tenido que emigrar hacia Estados Unidos, indicó que “en Venezuela se ha anunciado la venta de acciones de empresas que el partido gobernante nacionalizó (…) Siempre se puede contar con los socialistas extremos, después de que fracasen sus políticas, para generar un neoliberalismo extremo”.