Comunismo y “Revolución Cubana”: nuevos temas de estudio en las escuelas de México

El desembarco del yate Granma, la Revolución Cubana, la “conquista y saqueo” del continente americano, Karl Marx y el comunismo, así como los “grandes monopolios” de la televisión y una crítica social contra la mercadotecnia son algunos de los temas que los alumnos de más de 6.000 escuelas del estado Michoacano, en México, verán en clase.

Según recoge el periódico El Universal, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) distribuirá nuevos libros de texto con este contenido en el próximo ciclo escolar.

La Secretaría de Educación Pública (SEP) advirtió a mediados del mes pasado que ningún particular tiene la facultad de ley para entregar material didáctico o educativo como si fueran libros de texto, diferentes a los elaborados por la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg).

Sin embargo, y de acuerdo a su Programa Democrático de Educación y Cultura para Michoacán, la CNTE dispuso 48 títulos, 28 de primaria y 20 de secundaria, elaborados por la Sección 18, y en los cuales se proponen las materias de Desarrollo Lingüístico Integral, Matemáticas, Ciencias, Sociedad y Cultura.

La edición 2018 sustituirá a los libros que elabora y distribuye la Conaliteg. “Tenemos más de 6 mil escuelas trabajando con nuestro programa y lo vamos a continuar. El objetivo de la Sección 18 es generalizar que todas las escuelas lleven el modelo alternativo, lo vamos a mantener”, declaró su dirigente, Víctor Manuel Zavala.

“Las reformas curriculares de la Secretaría de Educación Pública (SEP) son modelos educativos de la ignorancia, para formar una sociedad en muchos sentidos analfabeta, desconocedora de su historia, de sus derechos humanos, sin identidad y con pobre desarrollo cultural, una sociedad que calle, obedezca, no proteste, acepte salarios miserables y malos gobiernos”, dijo.

En el libro Sociedad de quinto de primaria, la CNTE se refiere al neoliberalismo, dedica varios capítulos a las revoluciones sandinistas, en Nicaragua y Cuba, a Fidel Castro y a Ernesto Che Guevara, así como a las dictaduras militares de los años 70 en América Latina.

Dos de los capítulos relacionados con el movimiento en Cuba son Antecedentes y Lucha armada en las páginas 145 y 146: “El 1 de enero, Fidel Castro entró triunfante a Santiago de Cuba, declarándola capital provisional (…) Estados Unidos reconoció al gobierno revolucionario. A partir de ese momento, el poder quedó definitivamente en manos de las fuerzas revolucionarias”, se lee en el texto.

La CNTE es una organización de maestros que surgió en 1980. Cuenta con aproximadamente 100 mil integrantes en todo México y desde sus inicios se ha caracterizado por exigir, a través de marchas, plantones y paros laborales, lo que ellos consideran arbitrariedades a sus derechos constitucionales.

La CNTE nació como una contracorriente al Sindicato Nacional de Trabajadores del Estado (SNTE). En el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto se opusieron tajantemente a la llamada reforma educativa, hoy eliminada por el actual mandatario Andrés Manuel López Obrador.

Erik Avilés, director de Mexicanos Primero en Michoacán, explicó que estos textos son financiados por el gobierno de ese estado y con recursos que se piden a los padres de familia, que van de los 300 a 500 pesos por paquete educativo. Cuando el dinero no alcanza para la impresión formal de los libros, se distribuyen mediante copias. 

“Sin ser sometidos al veredicto público o una discusión amplia que tome en cuenta a la sociedad civil, académicos, investigadores, colegios de profesionistas, difícilmente podríamos asegurarnos que estos libros contengan conocimiento de mayor vigencia”, dijo. 

Por su parte, el investigador Roberto Rodríguez de la UNAM señaló que independientemente de que los libros de la CNTE sean “buenos o malos”, el material de la Conaliteg fue creado para imprimir el carácter público nacional a la educación y tener una especie de piso común para todos, que se conozca una historia patria oficial y se aseguren estándares mínimos a los que puedan acceder los profesores y alumnos de educación básica. 

“Utilizar la educación para adoctrinar es un riesgo muy grande, con ese tipo de libros y con maestros que estén en la misma línea. Eso fue una pelea muy grande del siglo pasado desde la laicidad. Debe estar exenta de fanatismos porque no sólo es laica desde un sentido religioso”, indicó.