Migrantes cubanos y venezolanos narran desgarradora experiencia en su tránsito por México

En el bus camino a Monterrey fueron asaltados por criminales del Cartel del Golfo. (Captura de pantalla: Mario J. Pentón – YouTube)

Migrantes cubanos y venezolanos compartieron al periodista Mario J. Pentón un desgarrador testimonio sobre las dificultades que enfrentaron para atravesar el territorio mexicano y llegar a la zona norte, en espera de una cita de CBP One que les permita ser acogidos en un caso de asilo en Estados Unidos.

Según el relato de los indocumentados, que en todo momento guardan su identidad en el video, pues temen por su seguridad, durante el trayecto desde Matamoros hasta Monterrey fueron víctimas de extorsiones, maltratos y abusos por parte de autoridades y bandas del crimen organizado que tienen retenes a lo largo de la carretera.

Uno de los 10 cubanos que están en semejante situación, incluido un menor de edad, contó cómo durante el recorrido en autobús fueron sometidos a numerosos retenes, donde eran apartados de otros grupos y extorsionados de forma diferente por el solo hecho de ser cubanos. Al parecer, los malhechores entienden que, al probablemente tener familia en EEUU, tienen mayor cantidad de dinero para entregar en cada retén.

“Sencillamente por la razón de ser cubano, a nosotros nos apartaban de todos los grupos que conformaban los compañeros de migración y nos venían formando un cuarto aparte en el cual nos decían que por nosotros ser cubanos había que cobrar más, entre 1.000 y 1.500 pesos mexicanos en cada retén”, explica el testimonio.

El episodio más aterrador ocurrió cuando un hombre subió al autobús exigiendo información sobre la nacionalidad de cada pasajero y proclamando que el autobús estaba bajo el control del Cartel del Golfo en Reynosa. Ante esta amenaza, los migrantes se negaron a bajarse y fueron víctimas de intimidaciones.

Al llegar a la terminal de Matamoros, el chofer reportó el incidente, pero se desconoce qué sucedió con los compañeros que bajaron del autobús antes del altercado. El grupo de cubanos logró refugiarse en una casa cercana a la terminal, pero el temor persiste, ya que no saben qué puede depararles el futuro.

En los testimonios, es patente el miedo y la angustia en las voces de los migrantes cubanos, quienes aseguran que la experiencia ha dejado marcas imborrables en sus vidas. La situación se agrava por la falta de recursos económicos y el desconocimiento del destino final de sus casos.

Los antillanos también expresaron su gratitud al ciudadano mexicano que les prestó un cuarto de su casa para que pasaran la noche. Hasta el momento, no hay un pronunciamiento oficial de las autoridades cubanas o mexicanas.