Musulmanas de Cuba tendrán su propia tienda de ropa (+VIDEO)

Aprovechando la brecha que deja el gobierno cubano con su desabastecimiento de las tiendas recaudadoras de divisas, una emprendedora cubana inauguró la primera tienda de ropas y atuendos de vestir enfocado en el mercado musulmán en La Habana.

“Encontrar lo que necesitas, el velo o el vestido apropiado, en los comercios cubanos es casi imposible, y cuando lo haces es a precios elevados y sin los aditamentos que lleva”, explicó Kira Romero, dueña de la primera tienda islámica de la Isla.

Firdaus es el nombre que la cubana escogió para su tienda, que en el léxico musulmán representa el nivel más alto del paraíso. La religión islámica prohíbe a las mujeres descubiertas, deben taparse completamente con la única excepción de excepción del rostro y las manos.

En un país tan caluroso como Cuba, sin las prendas adecuadas que ayuden a transpirar el calor, profesar la religión puede ser una tortura.

De ahí que en Firdaus se propongan dar una mayor variedad en las telas y atuendo que se venden para las mujeres.

“También está la intención de cambiar ciertas concepciones dentro de la comunidad islámica. Tener acceso a las cosas que necesitas sin depender de las donaciones puede ser valioso”, dijo Maryam Camejo, comunicadora de la tienda.

Estadísticas de la Liga Islámica de Cuba, creada hace dos décadas, reconocen que en la nación caribeña hay más de siete mil devotos de la religión nacida en el Medio Oriente, de ellos alrededor de 1.300 son mujeres.

“La mayoría de la cultura islámica ha llegado a través de los árabes, por eso muchas personas creen que ser musulmán conlleva un proceso de arabización. Queremos cambiar también esa idea: puedes encontrar un punto medio que te identifique, empezando por la ropa”, continuó Camejo, que sigue el estilo más occidental de usar pantalones.

“El hiyab es la forma más común de usar el velo en la Isla. En el mundo existen otras modalidades como el Chador (velo negro largo, típico de Irán), Burka (el rostro y los ojos también se cubren con una especie de malla, típica en Afganistán) y el Niqab (cubre el rostro pero deja ver los ojos)”.

El negocio de iniciativa privada también pretende ser una fuente de empleo para varias mujeres de la comunidad incluidas costureras y vendedoras.

“Es muy bueno lo que está haciendo Kira. Esta es una manera de prosperar en la sociedad asumiéndote. Y a lo interno de la comunidad musulmana es muy importante que sea una mujer quien lo haga”, valoró Camejo.

“La idea es tener siempre precios asequibles, por debajo de los que pueden encontrar en otros lugares, gracias a que tengo la posibilidad de comprar la materia prima que necesito directamente con los proveedores a costos mucho menores”, explicó por su parte Romero.

A menos que suceda un inconveniente, Romero siente que su negocio cuenta con los medios para ser rentable: un segmento de mercado bien delimitado, variedad, exclusividad de productos y precios competitivos, aun cuando debe importar gran parte de la materia prima para sus confecciones.

Con información de IPS