Niña cubana sigue en terapia intensiva a la espera de una visa humanitaria

Thalía López ha pasado varios meses internada en terapia intensiva. (Foto: Yanisley Arregoitia – Facebook)

La difícil situación de Thalía López Jordana, una niña cubana de 10 años que padece leucemia linfoide aguda, continúa sin una pronta solución a la vista. La menor permanece ingresada en el Instituto de Hematología de La Habana, pero la falta de recursos en el país impide que pueda recibir el tratamiento necesario para su enfermedad.

Ante esta situación, la Organización No Gubernamental (ONG) Sembrando Esperanzas difundió el caso en búsqueda de personas interesadas en ayudar a la pequeña, principalmente en la gestión de una visa humanitaria para ingresar a Estados Unidos.

La madre de la niña también compartió la solicitud en sus redes sociales, y el tío pidió con desesperación ayuda para que su sobrina pueda recibir un trasplante de médula.

«Ellos están pidiendo visa humanitaria para poder operar a la niña, ya que en Cuba no se puede porque no hay de nada, ¡de nada! Está en un hospital que no hay ni jeringuillas, no hay catéter, no hay nada», subrayó el familiar.

En la plataforma digital GoFundMe se creó una campaña para recaudar dinero y cubrir los gastos médicos y de viaje de Thalía a territorio norteamericano. La autora de la petición asegura que la menor ya fue aceptada para recibir atención especializada en el hospital infantil Niklaus.

La familia lleva meses tratando de conseguir el documento migratorio para garantizar un tratamiento oncológico en el hospital de EEUU. La abuela suplicó ayuda a todas las iglesias y centros de salud del mundo para que Thalía pueda viajar para recibir la atención médica.

La desesperación de la familia es evidente, ya que la menor ha estado seis meses en terapia intensiva. Además, su enfermedad le ha impedido ir a la escuela desde que comenzó su primer grado.

¿Qué es la leucemia linfocítica aguda y cuáles son sus síntomas?

Es un tipo de cáncer de la sangre y la médula ósea que se desarrolla en los glóbulos blancos llamados linfocitos. Estos se acumulan en la médula ósea, desplazando a las células sanas que producen los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas.

A medida que los linfocitos anormales se acumulan en la médula ósea, se propagan por el torrente sanguíneo y se infiltran en los órganos. Entre los síntomas de este padecimiento se encuentran la fatiga y debilidad, fiebre, infecciones frecuentes, dificultad para respirar, hematomas o sangrado fácil, dolor en los huesos o las articulaciones, hinchazón del abdomen o los ganglios linfáticos y pérdida de peso sin razón aparente.

En el caso de los menores de edad, también puedes presentarse síntomas como retraso en el crecimiento, pérdida de apetito, dolores de cabeza y vómitos.