“No hay tripas”: se queja la Empresa cárnica de Camagüey ante los medios oficialistas

Debido a la falta de tripas, el rendimiento industrial de la Empresa Cárnica camagüeyana se vio seriamente afectado en el 2022, cerrando el año con solo un 29.5% de la producción. (Captura de pantalla © Canal Caribe – YouTube)

Medios oficialistas se han hecho eco de la “falta de tripas” que azota a la industria cárnica de Camagüey, lo cual ha afectado la fabricación de varios productos en esa región oriental.

Según ha trascendido en una nota publicada por el diario Adelante, vocero del régimen castrista en esa provincia, el rendimiento industrial de la Empresa Cárnica camagüeyana se vio seriamente afectado en el 2022, cerrando el año con solo un 29.5% de la producción.

“En la pasada etapa solo se registró un salto positivo en la obtención e industrialización de la sangre de res en el Combinado Cárnico, pues en el resto no llegaron a las metas concebidas, y se citan como causas la rotura de calderas, falta de tripas, harina y de embutidoras”, se puede leer en la nota compartida a principios de mes.

Sin embargo, y lejos de cuestionar la mala gestión que conllevó a tan bajas cifras, el sitio de prensa asume el clásico tono triunfalista y revela que los miembros de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), de ese territorio, aportaron “18 soluciones a los principales problemas que en este momento presenta la empresa en su conjunto”, motivo por el cual fueron “reconocidos”.

Algunas de esas “soluciones” aportadas sería el uso de los intestinos de animales, así como la sangre animal y la pasta de soya para sustituir otras materias primas de mayor calidad.

Sin embargo, el empleo de tripas no es algo nuevo en la industria alimenticia cubana, pues ya se habían implementado similares estrategias en los años 90 del “Período Especial” y, al menos desde el 2020, se ha incorporado como un ingrediente indispensable en la elaboración de alimentos.

Tanto es así, que en ese mismo año la emisora estatal Radio Bayamo establecía un paralelismo entre Cuba y España, asegurando que el consumo de tripas era una “tradición en la mesa del pueblo antillano”, lo cual teníamos en común con la Madre Patria, “la tierra que probablemente más usa la tripa en el mundo”.

Algunos meses después, volvían a arremeter los medios oficialistas asegurando que en el 2021 se había sobrecumplido la producción de tripas y, por ende, la de croquetas.

Paralelamente a esto, la no primera dama de Cuba, Lis Cuesta, celebraba festivales culinarios en los hoteles de La Habana y Varadero, y en ninguna de esas ocasiones apareció un plato a bases de tripas para el consumo de la alta cúpula castrista.