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Lis Cuesta Peraza: sus amantes, sus maridos y algo más…
“Una correcaminos con más millas que un Chevrolet 54”
La primera relación escandalosa conocida fue con un sargento instructor llamado Yoel, quien impartía Preparación Militar en el preuniversitario José Martí de Holguín durante el curso 1989-1990, donde Liz cursaba el duodécimo grado.
La historia nos la trae el influencer Juan Juan Almeida, que explica como Liz una adolescente consentida y caprichosa en sus años de bachiller a la que todos adulaban por ser la hija del temido Coronel Cuesta, Jefe del Estado Mayor de las FAR en Holguín y conocido como el Coronel de las Flores —prometemos explicar en un posterior artículo porque le llamaban así—.
Yoel estaba casado con una arquitecta del Instituto de Proyectos Azucareros y tenía dos hijas de la edad de Liz, a quienes dejó para casarse con ella e irse a vivir a la casa de su suegro; quien lo puso a trabajar en una unidad militar ubicada en San Andrés donde comenzó a ser promovido rápidamente y hasta terminar con el grado de teniente coronel en el Departamento Técnico de Investigaciones (DTI) de la policía.
Por ese entonces fue víctima de los engaños de Liz con un nuevo amor; José Anido quien desde el puesto de Jefe de Comercio del MININT en la provincia supervisaba los hoteles Don Lino, Pedernales y Casa Central.
Anido a su vez estaba casado con una directora de programas de radio en la CMKO, pero se divorció y se casó con Liz, quien se fue a vivir a su casa donde concibieron un hijo: Manuel Anido Cuesta que a la postre sería abogado, “asesor del presidente cubano” y novio de Ana de Armas.
Según Juan Juan durante ese tiempo, Liz se involucró con Tatiana Zúñiga, pareja del poeta Alexis Triana, y junto a Anido vivieron momentos “felices los cuatro”, como dice la canción de Maluma.

Doctor en Ciencias Miguel Ángel Tamayo, era profesor del Departamento de Dirección Científica Educacional del Instituto Superior Pedagógico José de la Luz y Caballero. (Foto © Universidad de Holguín)
Años después y aburrida de la vida loca y desenfrenada, Liz entabló una nueva relación literalmente más intelectual: el Doctor en Ciencias Miguel Ángel Tamayo, quien en ese entonces le triplicaba la edad y era profesor del Departamento de Dirección Científica Educacional del Instituto Superior Pedagógico José de la Luz y Caballero de Holguín.
En medio de los rumores sobre la poca cantidad de materia gris en el cerebro y sus conocidos revolcones con Tamayo, Lis obtuvo una maestría y comenzó a trabajar en el Sectorial Provincial de Cultura y luego pasó a dirigir el Centro Provincial del Libro y la Literatura, donde conoció a quien por ese entonces solo era el secretario provincial del partido en Holguín: Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Liz enamoró al futuro presidente de tal manera, que este se divorció de Marta Villanueva —la esposa con la que había llegado a Holguín y con quien ya tenía dos hijos— para casarse con la hija del Coronel de las Flores; pasando una vez más de ser la amante guerrillera a la esposa oficial.
Una fuente consultada por Periódico Cubano que la conoció de cerca y que prefirió mantener el anonimato, la definió por aquel entonces como “un correcaminos con más millas que un Chevrolet 54”.
El resto es la versión oficial. Trasladan a Díaz-Canel a La Habana como ministro de Educación Superior en 2009, lo ascienden a vicepresidente del Consejo de Ministros en 2012, primer vicepresidente en 2013 y presidente el 19 de abril de 2018, la máxima legislatura del país.
Con él, Liz Cuesta heredaba el título de Primera Dama de la República de Cuba; vacante en funciones desde la muerte de Vilma Espín, la fallecida esposa de Raúl Castro y antes de ella Celia Sánchez, amante y secretaria de Fidel Castro.
Y colorín colorado, la historia de Liz no ha terminado; ya la veremos como Primera Dama en funciones, pero eso ya es otra historia.

lazaro
25 de enero 2025 3:10 PM at 3:10 PM
Y a mi, que me importa. Cada cual hace con su c.. lo que quiera.
Marisol
19 de julio 2024 5:52 AM at 5:52 AM
¿ A quien le importa la vida de ella ? Pienso que por tratarse de la esposa del presidente deben de llamar la atención de alguna manera a quien se encargo de publicar ya sea cierto o mentíras lo escrito. Cada quien hace con su vida lo que le de su reverenda gana