Nueva ofensiva del régimen cubano contra pescadores

En los últimos días, varias familias de pescadores de la zona de Jaimanitas han sido afectadas por la nueva arremetida del gobierno cubano contra las personas que viven de esa actividad. Entre ellos está el caso de Joaquinito Bustamante, él y su familia siempre han vivido del mar y ahora son cohibidos por las multas y decomisos que se aplican, así evidencia un reporte del sitio digital Diario de Cuba.

Según ha reflejado el medio, Joaquinito se reafirma en contra de estas medidas y manifiesta no tener miedo de expresarse en contra. «A mí me quitaron el ‘corcho’ (embarcación precaria), los avíos y el trasmallo; además, me pusieron una multa solo por pescar. ¿Qué más tengo que perder para encabronarme?».

Al respecto, Joaquinito recuerda dos reglamentaciones similares en años anteriores contra los pescadores. En 1999 con la ley que  impedía la pesca en embarcaciones rústicas, o de mayor calaje, no autorizadas por Capitanía del Puerto y se decomisaban, las embarcaciones, los avíos y el pescado.

«Si no querías subir al barco, te lanzaban garfios y te volcaban el ‘corcho’ y tenías que subir de todas formas. Entonces, la multa era mayor». «A pesar de la represión, los pescadores continuamos viviendo del mar para mantener a nuestras familias», subraya Joaquinito.

En 2015 volvieron a implementar medidas similares y varios pescadores trataron de unirse y reclamar, pero el miedo de la gente  fue más fuerte y no se pudo progresar con la idea.

“Ahora llegó otra arremetida contra los ‘corcheros’ y muy pocos se deciden salir a pescar. Y el colmo, han situado policías marítimos en motos acuáticas que van buscando a los pescadores submarinos. Cuando encuentran la boya, esperan a que suban y les decomisan desde la careta hasta las patas de ranas. ¡Tremendo!», comenta Joaquinito, un poco insatisfecho.

Sin duda, esta situación afecta a las familias que de por vida han subsistido de las riquezas del mar. Como consecuencia, el precio del pescado ha subido considerablemente. Una ensarta de dos loros y una cubera, que en total no pasa las tres libras, se vende en la calle a seis CUC, (150 pesos nacionales). Y la libra de pulpo alcanzó esta semana los cuatro CUC. La carne de caguama y de peces como el serrucho, la aguja y el castero, están ausentes de la circulación.

Asimismo, Rubén, intermediario en la comercialización del pescado comenta que: «El precio del pescado se ha vuelto una locura», «Ayer una cojinúa por la que un corchero pedía 12CUC se la llevé a un yuma y me dio 25CUC. Así mismo estoy sacando un dineral del pulpo y el cobo».

Cesar, un pescador de calle Primera, considera que la causa de esta situación son los extranjeros y los restaurantes particulares que imponen los precios de estos productos y afirma que: «Lo copan todo y la gente común, que no puede pagar ese precio, tiene que morir en el Mercomar (pescadería estatal), comiendo pescado malo», cuando este establecimiento tiene muy pocas opciones que ofrecer al público.

Mireya, hija y nieta de familia de pescadores dice:»Picadillo de sabe Dios qué pez, y especies de agua dulce como claria, tilapia y tenca, que saben a tierra». «Ya no recuerdo el aroma de un bonito, o una palometa. Esos tiempos no volverán».

De igual forma, un «corchero» pide anonimato por temor a que por reclamar sus derechos le decomisen el «corcho», los avíos y le pongan multa y comenta que: «Si nos uniéramos y reclamáramos nuestros derechos, tal vez nos escucharían. Pero es más fácil rendirse y bajar la cabeza». Resulta muy lamentable que las medidas estén dirigidas «contra la subsistencia de la gente que, como en cualquier parte del mundo, vive del mar».

Con información de Diario de Cuba