Omar Linares: biografía del beisbolista cubano conocido como ‘El Niño’

Desde muy joven ya destacaba en el equipo Vegueros de Pinar. (Foto: Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte)

Omar Linares Izquierdo, una leyenda viviente del béisbol cubano, nació el 23 de octubre de 1967 en San Juan y Martínez, Pinar del Río, Cuba.

Su carrera deportiva es emblemática, destacando desde sus primeros años y consolidándose como una de las figuras más grandes del béisbol a nivel mundial. Conocido por su sobresaliente rendimiento tanto en la ofensiva como en la defensiva, y apodado El Niño por su temprano ingreso al béisbol cubano, el deportista ha dejado una huella imborrable en la historia del deporte.

Desde muy joven, Linares destacaba en el equipo Vegueros de Pinar del Río, lo que le valió un lugar en la selección nacional. Su impresionante desempeño lo colocó como líder de por vida en carreras anotadas, slugging y average ofensivo, demostrando su versatilidad y habilidades excepcionales en diferentes posiciones, aunque fue en la tercera base donde más destacó.

Criado en una familia apasionada por el béisbol, Linares era el primogénito del matrimonio conformado por Fidel Linares, también un destacado jugador de béisbol, y Francisca Izquierdo. Su hermano menor, Juan Carlos Linares, seguiría sus pasos en el deporte. Inicialmente, Omar incursionó en el atletismo y en el baloncesto, pero su destino estaba sobre el diamante.

A los nueve años, ingresó al sistema nacional de escuelas de deporte escolar, aunque se vio forzado a abandonarlo temporalmente por problemas de salud. Fue bajo la tutela de Carlos Quintana, su primer entrenador, que Omar comenzó a destacar en el béisbol, regresando a la escuela de deportes, esta vez como jugador de béisbol.

En 1982, a la edad de 15 años, debutó en las Series Nacionales cubanas con el equipo Forestales de Pinar del Río. A lo largo de su carrera, ganaría cinco títulos en Series Nacionales con Pinar del Río y mantendría un promedio ofensivo por encima de .300 durante 15 temporadas consecutivas, incluidas siete temporadas por encima de .400. Su primer mánager, Juan Charles Díaz, jugaría un papel crucial en su desarrollo como jugador.

Linares también dejó su marca en el ámbito internacional, participando en 23 eventos y logrando múltiples títulos y medallas olímpicas. Su habilidad y liderazgo en el campo lo llevaron a ser reconocido como uno de los mejores atletas latinoamericanos de su tiempo.

A pesar de ser codiciado por los cazadores de talentos del béisbol profesional estadounidense, Linares eligió quedarse en Cuba, retirándose como jugador activo en 2002. Su legado perdura, siendo recordado como un ícono del béisbol cubano, un jugador de excepcional valor, calidad y liderazgo.

Su decisión de retirarse, aunque considerada prematura por muchos, la tomó junto a otras figuras excelsas del béisbol cubano, dejando tras de sí una carrera impecable y una historia digna de ser contada.