Osvaldo Lara: uno de los mejores corredores cubanos ahora vive en el olvido y enfermo

El excorredor cubano Osvaldo Lara vive en el olvido y enfermo tras ganar múltiples medallas. (Collage: Trabajadores)

Tras ser uno de los mejores corredores de Cuba entre los años setenta y ochenta, Osvaldo Lara hoy vive olvidado por parte de las autoridades comunistas y únicamente cuenta con unos 700 pesos mensuales gracias a una de sus medallas.

La esposa del exvelocista declaró al periodista Daniel Martínez, colaborador del medio oficialista Trabajadores, que Lara no ha recibido la visita de autoridades del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder) y de la Comisión Nacional de Atletismo.

“Recibe 700 pesos por una de sus medallas. No tiene retiro porque cuando empezó con lo de la hipertensión se asustó. Se desesperó y pidió la baja del trabajo. Después tuvo el infarto cerebral y ya usted ve”, comentó la mujer.

El medallista de bronce en los Juegos Panamericanos de Caracas 1983, con dificultades, recuerda los momentos más especiales que vivió en la pista. Tampoco olvida que pudo hacer historia en los registros olímpicos, pero su sueño no se convirtió en realidad por motivos políticos.

Tras participar en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, Lara se perfilaba con buenas proyecciones hacia la edición de Los Ángeles 1984, pero el gobierno cubano decidió no enviar a una delegación. Esto, como parte de un boicot de regímenes socialistas hacia Estados Unidos, nación que hizo lo mismo para el certamen organizado en la capital rusa.

Por ello, el corredor retirado solo tuvo la oportunidad de participar en los Juegos de la Amistad 1984, organizado entre países que no asistieron a Moscú y en donde ganó la medalla de oro en los 100 metros planos.

“Ese año solo el americano Carl Lewis estuvo por delante de mí. Podría haber cogido una medalla en los Olímpicos de los Ángeles 84. No fuimos”, rememoró Lara, quien padece lagunas mentales.

Como premio por sus excelentes resultados, el gobierno cubano le regaló un automóvil marca Lada, que con el paso de los años empezó a tener desperfectos y ahora se encuentra prácticamente inservible, porque no han podido repararlo ante la falta de dinero.

“El salitre acabó con el carro. Nos mandaron a un taller por Carlos III. Nos pelotearon. No teníamos ni un medio. La gente quiere dinero. No lo vendimos, se desbarató”, confesó Lara.

Tras retirarse de las pistas, comenzó a trabajar como entrenador y fue enviado a misiones internacionales en Perú y Venezuela, una labor que ahora no puede realizar por sus múltiples afectaciones de salud.

La esposa aprovechó la entrevista para pedir al régimen castrista que atienda este caso y valore el esfuerzo que el cubano dio a su país a nivel internacional.