Padre de joven asesinada en estación policial de Camagüey denuncia que el juicio fue una farsa

El padre dijo que la menor, dentro de una estación de policía, no recibió la protección necesaria; incluso su asesino recibió asistencia médica antes que ella. (Captura de pantalla © Mario Vallejo – Facebook)

El padre de la joven cubana que fue apuñalada mortalmente por su expareja a pesar de buscar refugio en una estación de policía, en Camagüey, denunció que el juicio contra el homicida estuvo totalmente amañado.

Leidy Bacallao, de solo 17 años, entró a la estación de Camalote, en el municipio Nuevitas, el pasado 4 de febrero al encontrarse huyendo de su asesino, pero los oficiales del Ministerio del Interior (Minint) no hicieron nada para evitar el crimen. “La dejaron morir”, así denunció su padre Antonio Bacallao en entrevista exclusiva con el periodista Mario Vallejo tras su regreso a Miami luego de viajar a la Isla para presenciar el proceso judicial.

El juicio contra Elesván Hidalgo, un hombre de unos 50 años con antecedentes penales, comenzó a inicios de diciembre y demostró, según el progenitor de la fallecida, que Hidalgo era conocido de los policías y colaborador del Minint, por lo cual logró entrar y cometer el crimen en la propia estación policial.

“La niña estaba dentro de la unidad de la policía. Los policías salieron huyendo y le dio la primera puñalada. Ella se metió dentro de la policía… Hay unos instructores de Criminalística que dijeron que ella había batallado en toda la unidad de la policía, intentando salvarse, huyendo. Él le hizo diez heridas mortales a la niña”, confirmó el padre sobre lo expuesto en el juicio.

El caso revela preocupantes fallas en el sistema de justicia cubano. La víctima, dentro de una estación de policía, no recibió la protección necesaria; incluso su asesino recibió asistencia médica antes que ella. Estos hechos han generado indignación tanto en Cuba como en la comunidad internacional.

“Inclusive a la niña la dejaron muerta en el suelo. Auxiliaron al asesino, lo metieron para adentro. Lo llevaron en una ambulancia y a la niña la recogieron los muchachos, los amiguitos de ella la montaron en una motorina y la llevaron muerta para el hospital”, explicó Bacallao.

Sobre el tema, el padre apuntó que el asesino era informante del Minint. “Todas las salidas ilegales él las filtraba a la policía, y al final a todo el mundo los cogían preso y a él nunca le hicieron nada”.

Su dolorosa experiencia pone en evidencia la impotencia de los familiares de víctimas de violencia de género en Cuba. También se constatan los privilegios políticos y las fallas en el sistema de prevención, pues Hidalgo, dedicado a la producción agrícola, tenía un historial de abuso y maltrato hacia las mujeres. Con un patrón definido no se activaron las alarmas para evitar que su comportamiento violento terminara, como eventualmente pasó, en una tragedia.