Para Leonardo Padura los problemas de la Isla «deben resolverse entre cubanos»

El escritor cubano Leonardo Padura, famoso por sus grandes obras y premio Princesa de Asturias de las Letras (2015), ha conversado con la agencia EFE sobre la realidad actual en la Isla, específicamente relacionado con las protestas multitudinarias del pasado mes.

Padura fue bastante enfático: primero, en que sus novelas son «de los documentos más radicales que se pueden haber escrito» sobre una Cuba hoy en convulsión y, en segundo lugar, que estos problemas «deben resolverse entre los cubanos».

En una suerte de no ser o estar ausente con lo que ocurre en su país, el escritor dijo que «mis novelas escritas y muchas de ellas publicadas en Cuba, como El hombre que amaba a los perros, Herejes o La novela de mi vida, son de los documentos más radicales que se pueden haber escrito y dicho sobre este país. Y eso a mí me da mucha tranquilidad».

Desde su casa familiar en La Habana, tres semanas después de que miles de personas salieran a las calles del país a protestar por la escasez y exigir libertades, Padura reflexiona sobre la polarización extrema que vive la Isla, insistiendo en que debe ser resuelta entre cubanos, incluyendo a los del exilio.

Según el autor de sobresalientes obras, su posición ha sido siempre señalada solo por no extremarse con un bando u otro, políticamente hablando.

«Con cierta frecuencia recibo ataques de un extremo y de otro, porque trato de ser justo y de hablar de verdades sobre las que existe un cierto consenso. Ya se sabe que la verdad no es absoluta, lo que es absoluto es la mentira. Y yo en ninguno de mis textos, ni en mis novelas ni trabajos periodísticos, necesito de la mentira para hablar de Cuba», afirma.

Y es que el también académico de la Lengua considera que «cuando alguien quiere criticar a Cuba no tiene que exagerar, solamente tiene que decir la verdad», una verdad que salta a la vista de todos y más aún con la tecnología y la comunicación globalizada.

En este sentido, sostiene que está «muy tranquilo» consigo mismo, «no puedo satisfacer todas las posiciones, no quiero ponerme en ningún extremo, le tengo mucho miedo a los fundamentalismos y a los extremos, porque parten de que su razón es la única razón posible, y creo que siempre hay más de una razón y se debe dialogar entre estas razones».