Pedro Luis Ferrer: “El antídoto del comunismo es la democracia”

El reconocido trovador cubano Pedro Luis Ferrer volvió a hablar de política en su muro de Facebook, donde reflexionó acerca del fidelismo, el comunismo y la democracia, esta última es -en su opinión- la solución a todos los problemas de Cuba.

Sobre la continuidad del pensamiento de Fidel Castro en los cubanos, corriente que denomina fidelismo, dice que “entre otras cosas, constituye una cosmología de pensamiento intransigente que no solo abarca a quienes están incondicionalmente a su favor, sino también a los que se le oponen radicalmente dando sustento justificativo a la lógica de su razonamiento excluyente”.

“Algo parecido a lo que ocurre con el ‘machismo’, donde la actitud dominante del hombre queda justificada por la complementación pasiva de la mujer que, no solo al someterse, sino incluso al rebelarse y reclamar, mantiene intacto el nexo material y espiritual de dependencia, cuya lógica permanece en el ámbito de lo que no debe ser”.

Uno de sus comentarios más tajantes fue señalar que “el antídoto del comunismo no es, como algunos creen, el anticomunismo, sino la democracia”. Esto lo hizo para reaccionar a un comentario de un amigo suyo en las redes donde explica que los cubanos cuando logren empoderarse deben alejarse de cualquier “cosa que huela a comunismo”.

Como ejemplo, expone a las democracias europeas que prohíben los partidos neonazis. En su opinión lo que debe hacer es “establecer los límites del accionar neonazi dentro de unas reglas consensuadas y claramente establecidas democráticamente, es decir, mediante la ley que regula la convivencia entre todos los ciudadanos libres, independientemente de su credo”. Si se prohíbe, se “estaría negando la esencia estratégica de la democracia”.

Ferrer dice que no asistirá “al primer concierto anticomunista” que se celebrará este año en EEUU. “He decidido no ir, pero con todo cariño”, escribió el trovador cubano antes de explicar que “no ser católico no significa ser anticatólico. No tengo vocación ‘antista’, prefiero dedicarme simplemente a ir a favor de aquello en lo que creo”.

La posición “anti” significa destruir por eso Ferrer prefiere la democracia y el poder decidir construir. “La democracia, en cambio, no es una reacción, sino una esencia simultáneamente integradora y liberadora que equilibra la convivencia social y, al establecer ampliamente el derecho de cada ente, garantiza el respeto recíproco y armónico de todos los individuos y colectivos en la sociedad”.