MUNDO
Pepsi Blue, Galaxy Note 7 y otras grandes ideas de mercado que no fueron tan grandes
Porque el lanzamiento de nuevos productos siempre es una apuesta y la ruleta no siempre gira en favor de los gigantes corporativos
Buscando siempre competir en el mercado, las grandes empresas han desarrollado ideas «revolucionarias», esperando las mejores ganancias y marcar un parte aguas en el panorama comercial.
Sin embargo, estas apuestas no siempre resultan ganadoras, es el caso de algunos productos que han tenido que salir del mercado al no conseguir el éxito esperado por sus creadores.
Un ejemplo es el avión de pasajeros A380, fabricado por Airbus y adoptado por algunas aerolíneas del mundo, vendido como el avión con mayor capacidad del mundo.
La gigantesca aeronave voló por primera vez en octubre del 2007 y desde el inicio mostró desventaja ante competidores más veloces y pequeños. Al final la compañía europea detuvo su fabricación y no logró recuperar los US$25,000 millones invertidos en el desarrollo del aparato.
Otro ejemplo es la, en su momento, célebre Pepsi Blue, lanzada en 2002 y promocionada por la refresquera sin reparar en gastos, contratando incluso a Britney Spears para atraer al público joven.
La bebida, sabor frutos del bosque, estaba hecha con el colorante alimenticio Azul 1, prohibido en varios países, y sus ventas fueron bajas que su producción se detuvo en EEUU en 2004, aunque aún puede encontrarse en Indonesia y Filipinas.
Un ejemplo tecnológico fue el novedoso teléfono Galaxy Note 7, de Samsung, que salió a la venta en agosto de 2016 y fue retirado del mercado por problemas de seguridad, pues se incendiaban de forma espontánea, llegando a explotar. Inclusive hubo un caso en EEUU, en que en pleno vuelo, el aparato se incendió.
La falla provocó la retirada del aparato en todo el mundo y aunque más de dos millones y medio de teléfonos fueron sometidos a revisión y reacondicionamiento, las posteriores quejas del sobrecalentamiento de la batería hicieron que la empresa detuviera su fabricación definitivamente.
Otra fallida innovación tecnológica fue el Zune, de Microsoft, que surgió como competencia al ya posicionado iPod de su rival Apple y pese a tener funciones extra, como la capacidad de compartir canciones de forma inalámbrica, nunca pudo igualar las ventas de su competidor, saliendo del mercado en 2011.
En 2013, Nike lanzó FuelBand, su dispositivo de monitoreo de actividad física. El producto no resultó ni innovador ni atractivo para el público, por lo que al no rivalizar con el dominio que Fitbit tenía en el mercado, dejó de producirse solo 2 años después de su lanzamiento.
Otro fracaso masivo fue el Segway, un transporte individual de dos ruedas presentado en 2001, cuyo lanzamiento se hizo en vivo por televisión nacional en EEUU.
Aunque sus creadores soñaron con índices de venta de 10,000 unidades por semana, la realidad fue que en siete años vendieron menos de 30 mil aparatos, por lo que el negocio cayó al grado de tener hoy un uso muy limitado entre personal de seguridad privada.
El perro robot de Sony, Aibo, apareció en 1999. El juguete prometía responder más de 100 comandos y hasta hablar, pero aunque las primeras 3 mil unidades se agotaron en una hora, el negocio nunca fue rentable y Sony detuvo su producción en 2006.
Por último tebeos el fracaso del actual presidente de EEUU, que en 2005 emprendió la Universidad Trump, que prometía a la gente enseñarles a ganar dinero en el sector inmobiliario.
Cinco años después, en medio de acusaciones de fraude y demandas de estudiantes inconformes la escuela cerró sus puertas y apenas en 2017, ya al poder, el magnate de negocios arregló el caso con el pago de US$25 millones.
Con Información de BBC News
