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Pese a escasez, primer ministro de Cuba promete higiene y seguridad a turistas
Ignorando la falta de medicinas, productos de aseo como cloro o jabón, así como de agua potable, el funcionario asegura que se cumplirán “protocolos de salud”
Además de la crisis sanitaria, Cuba se encuentra padeciendo una fuerte crisis económica agravada por la pandemia de COVID-19. De ahí que el gobierno ha decidido priorizar la llegada del turismo, según lo anunció el primer ministro Manuel Marrero, quien dejó claro que pese a la amenaza de la enfermedad se reactivará ese sector.
El funcionario aseguró que el ingreso de visitantes del extranjero estará regulado por presuntos “protocolos de salud”, en un intento de evitar que se siga propagando el virus.
Lo cuestionable en la decisión es que ante la existencia de pacientes asintomáticos, y todavía sin un tratamiento adecuado o vacunas, lo más seguro para ambas partes sería mantener las fronteras cerradas más tiempo, especialmente porque siguen apareciendo nuevos casos en Cuba.
Según Marrero, a los primeros turistas se les aplicará la prueba de Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR por sus siglas en inglés), toma de temperatura, además de que habrá controles de higiene en el aeropuerto.
“Cuando lleguen al hotel, también tendrán que someterse a un protocolo donde se le tomará otra vez la temperatura. Durante su estancia van a tener una vigilancia clínico epidemiológica en el hotel”, añadió.
La medida suena por demás irreal en un contexto como el de Cuba, donde las pruebas de PCR solo se aplican a pacientes que confirmen haber tenido contacto directo con un enfermo.
Eso sin mencionar la imposibilidad de “medidas de higiene” cuando la escasez de productos de higiene sigue sin resolverse, con falta de cloro, desinfectantes y hasta de simple jabón para manos.
A estas dos situaciones se suma también la falta de agua potable, que sigue afectando gran parte del territorio y que, por supuesto, también dificulta mantener la limpieza en cualquier instalación.
En ese sentido, se pueden deducir dos escenarios: O se le brindará una protección mediocre tanto a turistas como a empleados del sector; o se priorizará al turismo y la población cubana padecerá aún más la falta de productos de higiene y medicamentos, destinados primeramente a los extranjeros.
A pesar de que los propios hospitales cubanos carecen de todo tipo de equipamiento y material, según el primer ministro para la reapertura se dispondrá de equipos médicos en los hoteles.
Agregó que, en caso de que alguno de los turistas salga positivo en las pruebas, el personal sanitario tiene órdenes estrictas de aislarlo y llevarlo a un centro asistencial para que no tenga mayor contacto con otras personas.
Con estos parámetros establecidos planean permitir la activación del turismo en Cuba en su primera fase próximamente, insistencia de las autoridades que apunta a que en efecto se priorizará al turismo, para que se asume que además de los insumos de higiene, se destinará también la comida.
Aunque, según el gobierno, la reapertura implica también reactivar bares y restaurantes, los cubanos tiene que pasar noches enteras en una cola por una pieza de pollo al mes, sin acceso a vegetales frescos, menos aún a frutas, supuestamente porque no hay dinero para importar alimentos suficientes.