MUNDO
Prisoners Defenders pide a la Unión Europea abogar por el opositor cubano José Daniel Ferrer
La organización recalcó que Ferrer padece ataques sónicos y presenta síntomas del llamado “síndrome de La Habana”
Prisoners Defenders, organización defensora de los derechos humanos, realizó un llamado al Alto Representante de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, para que se pronuncie en favor del opositor cubano José Daniel Ferrer, encarcelado desde el pasado 11 de julio.
Mediante un comunicado en su página web, la asociación con sede en Madrid se dirigió de forma concreta a la Comisión Europea, al gobierno de Canadá, y al de Noruega, informó Diario de Cuba.
También extendió el llamado a “todos aquellos mediante los cuales el régimen aún se nutre de activos financieros y políticos, y que por lo tanto tienen margen y herramientas para exigir el respeto de los derechos humanos”, es decir, los socios comerciales de Cuba.
La ONG argumenta que Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), “lleva más de 120 días encerrado entre cuatro paredes blancas, sin ventilación alguna hasta hace apenas unos días, con el único mobiliario de una bombilla luminosa las 24 horas del día encendida”.
Prisoners Defenders agregó que Ferrer sufre de “ataques sónicos”, que él identifica y describe como “sonido de grillos” y que incluso han sido percibidos en las llamadas telefónicas con el opositor.
La acusación respalda las del gobierno de Estados Unidos sobre un arma especializada de microondas. Ferrer asegura experimentar los síntomas del “Síndrome de La Habana”.
El activista también ha denunciado que no se le permite ver la luz del sol, lo que le provoca carencias de vitaminas, a lo que se suman dolores de cabeza recurrentes, sangrado bucal, falta de aire y pérdida de la visión.
A pesar de estos malestares, no ha recibido tratamiento médico más allá de la administración de un fármaco llamado Alprazolam, que pude provocar “falta de aire, inclinación al suicidio y alteraciones de la consciencia”.
El informe de Prisoners Defenders se basa en las acusaciones realizadas por Ferrer durante dos llamadas que ha realizado a su esposa Nelva Ismarays Ortega, una de ellas el 19 de octubre y la otra apenas el 5 de noviembre.
Ferrer es uno de los opositores cubanos detenidos desde el estallido social del 11 de julio. Antes de que lograra unirse a las manifestaciones, fue arrestado y enviado a prisión preventiva como medida cautelar por presuntos “desórdenes públicos”, y permanece sin ver a su familia desde entonces.
