Radar meteorológico de La Bajada en Pinar del Río vuelve a funcionar

Luego de cuatro años de inactividad, uno de los ocho radares de observación meteorológica con los que cuenta Cuba, el de La Bajada en Pinar del Río, volverá a estar en funcionamiento.

Según medios locales, con ese punto de observación activado se resolverá el problema de la “zona de silencio” que abarcaba esa área y entorpecía la detección temprana y seguimiento de fenómenos meteorológicos de formación rápida, como los tornados, en las zonas cercanas a Cuba en el Golfo de México.

El radar de La Bajada está ubicado en la península de Guanahacabibes, una zona relevante para la información meteorológica de la Isla desde que el radar, fabricado por la empresa japonesa Mitsubishi, fue instalado en 1973.

Junto con otros radares de la región, incluidos el de Punta del Este y Gran Piedra, el de La Bajada se instaló gracias a la colaboración entre la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que busca brindar a la región las herramientas necesarias para dar seguimiento a los huracanes.

Aunque desde su instalación el redar ha recibido diferentes cambios y reparaciones, fue hasta hace pocos meses que se cambió todo el equipo.

El director del Centro Meteorológico de Pinar del Río, Gerald Miguel Malagón, explicó que la tecnología del radar se había vuelto obsoleta y “en el mercado ya no se encontraban partes y piezas para su reparación”.

“En el año 2005, gracias al Programa de Batalla de Ideas este radar fue parcialmente modernizado y automatizado. Se logró entonces reducir el consumo eléctrico de los 20 kW originales a 2.5 kW. El mando se hizo automático, y la adquisición y el procesamiento de la información pasaron a ser digitalizados”, comentó el especialista Orlando Lázaro Rodríguez González a través de su blog.

“En el 2006 el radar quedó conectado a la red de datos del INSMET y las imágenes comenzaron a estar disponibles para todo el sistema meteorológico nacional. Se modernizó el antiguo accionamiento de antena para mejorar la exactitud en el posicionamiento”, añadió.

Explicó que, sin embargo, el Transmisor, Receptor y Antena siguieron siendo los mismos de 1973, y “ya la información que se obtenía del radar era mucho mejor en calidad y en cantidad”.

Las instalaciones también se arreglaron con la modernización reciente, se trazó un nuevo sistema eléctrico y se rehabilitaron áreas destinadas a la capacitación.

“Nuestro radar tiene un alcance de 450 kilómetros, prácticamente abarcamos desde la Florida, Yucatán y la mayor parte del Mar Caribe”, informó por su parte Lázaro Martín Ledesma, uno de las cinco personas que trabaja en turnos de 24 horas como observador-revisor en la estación de radar.

El técnico agregó que realizan observaciones cada 15 minutos, emiten cuatro boletines cada seis horas y, en caso de tormentas, tantos avisos como sean necesarios.