Raúl Castro lamenta la muerte del papa Francisco: “Descanse en paz, entrañable amigo”

Castro visitó Roma en una de sus pocas salidas al extranjero, cuando Fidel le dejó el cargo de presidente. (Captura de pantalla © CTV – YouTube)

Raúl Castro emitió un mensaje por la muerte del papa Francisco que ha sido replicado por todos los medios oficialistas. En la breve nota, calificó al jesuita argentino como un “entrañable amigo” y recuerda las dos veces que el sumo pontífice estuvo en la Isla y la ocasión donde fue a visitarlo al Vaticano.

Castro destacó en su mensaje la “integridad” del pontífice y su contribución al fortalecimiento del diálogo entre Cuba y la Santa Sede durante su papado. “Conservo gratos recuerdos de los encuentros que sostuvimos”, comentó, añadiendo que apreciaba el “cariño hacia el pueblo cubano” mostrado por el Papa a lo largo de los años.

Este mensaje de condolencias de Raúl Castro, pero choca con la historia de represión religiosa que marcó su mandato, así como el de su hermano Fidel. Durante décadas, el régimen castrista mantuvo una postura oficial atea, y la relación con la Iglesia Católica fue una de confrontación.

En los primeros lustros, tras 1959, se persiguió a la comunidad religiosa, se clausuraron iglesias y se obligó al exilio a muchos sacerdotes. Las actividades religiosas fueron severamente restringidas y la Iglesia Católica fue vista como un enemigo ideológico.

Cuba decreta duelo oficial de dos días por la muerte del papa Francisco – https://t.co/Q7Ntb0DILS

— Jesús Miguel Medina (@nightniebla1) April 22, 2025

En este contexto, el mensaje de Raúl Castro parece ser una estrategia política más que un verdadero reconocimiento del papel de la Iglesia en la sociedad cubana. Aunque Raúl afirma que su relación con el papa Francisco fue “cercana y humana”, esta narrativa choca con el historial de persecución religiosa en Cuba, marcado por los campos de concentración de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), que operaron bajo su dirección en los años 60.

Entre 1965 y 1968, bajo la supervisión de Raúl Castro, se establecieron las UMAP, campos de trabajo forzado para “reeducar” a aquellos considerados “antisociales”, incluidos religiosos, homosexuales y opositores políticos. Más de 30.000 personas fueron sometidas a condiciones inhumanas, donde muchos murieron, fueron torturados o se suicidaron.

En los últimos años, el régimen castrista permitió una mayor presencia de la Iglesia Católica, pero en gran parte fue para su beneficio. Por ejemplo, se aprovechó de la buena voluntad de Francisco como mediador para el deshielo de las relaciones diplomáticas con el gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Barack Obama.

En 2022, el propio Francisco se había referido en iguales términos a Raúl Castro diciendo que tenía una “relación humana” con el dictador. “Yo quiero mucho al pueblo cubano. Tuve buenas relaciones humanas con gente cubana y también lo confieso: con Raúl Castro tengo una relación humana”, dijo.

Sin embargo, sobre su participación en el restablecimiento de relaciones diplomáticas en 2014, el papa dijo casi ocho años después y luego de los sucesos del 11 de julio de 2021 que “fue un buen paso adelante, pero que se detuvo ahora”.

Francisco también expresó en la entrevista que los medios de comunicación que lo tildan de comunista son plataformas muy ideologizadas dedicadas a “ideologizar la postura de los otros”.

“A veces no saben distinguir lo que es el comunismo, de lo que es el nazismo, de lo que es el populismo, de lo que es un popularismo. Cuando me acusan de comunista digo: ‘Qué trasnochado está esto’. Esas acusaciones ya pasaron, las veo como trasnochadas. La hacen pequeños grupos ideologizados”, agregó.