Régimen niega atención médica a opositora con tumor maligno

El opositor, Milton Díaz Mojenas, denunció la falta de atención médica a su esposa, Lesyanis Gutiérrez, quien padece de un tumor maligno pero no recibe tratamiento por su postura política respecto al régimen castrista.

La pareja originaria de Los Pinos, La Habana, también denunció el hecho de que la policía cubana los acosa constantemente, así como otros maltratos de los que son víctimas.

“Yo soy cristiano y no puedo salir de mi casa […] Yo no puedo tener agua y el agua es un derecho humano, hasta cuando el Gobierno comunista y la dictadura castrocanelista va a seguir atacando a los opositores”.

Díaz asegura que es prácticamente un prisionero en su propio hogar, ya que el acoso constante de los oficiales hacen casi imposible el que pueda salir de su domicilio.

“Ustedes me quiere acusar a mi, saben que no estoy de acuerdo con la política y soy un opositor pacífico, me están haciendo cerco”.

Pero el matrimonio de opositores no son las únicas víctimas del abuso y la indiferencia del régimen, a ellos, se suman los muertos por las negligencias médicas en hospitales de la Isla, los cuales además carecen de medicamentos y condiciones óptimas para tratar a los pacientes.

El opositor hace un llamado especial por su esposa, quien tiene un tumor maligno pero no ha recibido tratamiento médico como represalia de parte del régimen por su labor activista y de critica política.

Desesperado ha llevado a cabo varias gestiones humanitarias, incluida una petición especial a la Cruz Roja Internacional, para que su esposa pueda viajar a otro país y recibir la atención que requiere.

”Mi esposa necesita cirugía, tenemos todas las pruebas y cada vez que vamos a un médico, no nos dicen de frente que no nos quieren dar asistencia médica, solo nos dicen que no hay jeringuilla o cosas así”.

Pese a que ninguno de los dos se encuentra afiliado a un grupo opositor en Cuba, aseguran que han sido víctimas de represalias por denunciar el acoso en contra de religiosos en la isla, incluido la perdida de su empleo como chófer u guía de autos clásicos en La Habana.

“Yo no he cometido ningún delito para que me metan preso a mi”, afirmó.