Remesas de inmigrantes latinos desde EEUU son una importante fuente de ingresos para sus países

Según datos de Havana Consulting Group, en 2021 Cuba recibió la menor cantidad de remesas de los últimos años, cuando apenas superó 1.084 millones. (Foto: Periódico Cubano)

Los migrantes de América Latina que viajan a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades económicas y laborales suelen enviar remesas a sus países de origen para ayudar a sus familias y comunidades. Este dinero es una fuente importante de ingresos para muchos países latinoamericanos y tienen un impacto significativo en su economía y en la vida de sus ciudadanos.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), durante el 2021 América Latina y el Caribe recibió 127.6 mil millones de dólares por remesas, lo que constituye un crecimiento anual del 26%, el más alto registrado en los últimos 20 años. El volumen de remesas desde EEUU a la región en 2021 fue casi el triple del nivel en 2005.

Estadísticas del año pasado refieren que México captó 58 mil millones de dólares por igual concepto, marcando una cifra récord y un crecimiento de más del 27% respecto a 2021.

Gracias a los millones de mexicanos que residen en EEUU, ahora las remesas son la primera fuente de ingresos de divisas en México, por encima del turismo, de la exportación de petróleo y de otros productos manufacturados. Todo ello en el contexto de que por tamaño de Producto Interno Bruto (PIB) México es la segunda economía más grande de Latinoamérica y la decimoquinta del mundo.

A pesar ser un populista de izquierda, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, no reniega ni denigra a sus connacionales que viven en el exilio, como sí lo hacen los dirigentes del Partido Comunista de Cuba (PCC).

“Esta es la principal fuente de ingresos que tiene nuestro país. Nuestros paisanos son héroes vivientes”, dijo en una ocasión López Obrador, que recordó que alrededor de unas 10 millones de familias se benefician con las remesas, teniendo como promedio giros de entre 300 y 350 dólares mensuales.

En el caso de Cuba, donde por muchos años el discurso oficialista denigró a los emigrados, tildándolos de “gusanos” y con el argumento de “no los queremos, no los necesitamos”, el dinero que llega desde el exterior es difícil de calcular.

No obstante, según datos de Havana Consulting Group, en 2021 Cuba recibió la menor cantidad de remesas de los últimos años, cuando apenas superó 1.084 millones, producto de la retirada de Western Union a causa de las sanciones impulsadas por la administración de Donald Trump hacia la Isla.

Esta misma consultora había cifrado las remesas a Cuba en 2019 en más de 3.128 millones de dólares, la mayoría de ellos pasando por las manos de Fincimex, el brazo financiero del Grupo de Administración Empresarial (Gaesa), controlado por los militares cubanos.

Las remesas son una fuente más estable de ingresos que otras formas de financiamiento externo, lo que las convierte en un factor clave en la lucha contra la pobreza y la desigualdad en muchos países subdesarrollados.

Además, tienen un impacto positivo en la economía local, ya que se utilizan para la adquisición de bienes y servicios, lo que a su vez impulsa la actividad económica y genera empleo. De hecho, en muchos casos, las remesas son el principal medio de sustento de las familias y comunidades en los países de origen de los migrantes.