ESTADOS UNIDOS
Sánchez Grass y la galería donde el televidente es una obra de arte
«Dios nos dio esa fuerza. Yo tengo la mía»
El Social TV Show de América Tevé, transmitido de lunes a viernes a las 14:00 horas, irrumpe en la televisión de Miami como un espectáculo de los que ya no se suelen dar: una mezcla de ironía, intelecto, humor, dinamismo y autenticidad.
Para sus televidentes, lo más llamativo es la manera distintiva con la que su presentador, Jorge Luis Sánchez Grass, sabe traspasar cada día la pantalla y, como por arte de magia, sentarse a tomar el café de la tarde como si estuviera en su propio hogar.
La semilla de este show fue el programa 90 millas, de bien público, esclarecedor, didáctico, con segmentos médicos. Pero, de un momento a otro, “todo se vio interrumpido abruptamente, nos quedamos con deseos de hacer televisión de este tipo, entonces teníamos pendiente emprender un nuevo proyecto”.
El Social TV Show se ve sincero, apuesta por la verdad. Sánchez Grass entiende que todos los temas pueden ser significativos para el público que los ve, que nada verdaderamente humano puede resultar ajeno.
Periódico Cubano conversó de manera exclusiva con este hombre que carga con Holguín lo mismo por las calles de París que por las de Coral Gables. “Si me estoy comiendo una croqueta en el Versailles o estoy escuchando una canción en Hialeah, siempre estoy pensando en Holguín”.
Conozcamos, entonces, los cimientos de su personalidad y los incuestionables resultados de su obra más reciente.
¿Por qué proponerte un programa de este tipo?
No pienso que, desde el punto de vista del formato, sea nada extraordinario. No creo que la televisión esté presta a grandes descubrimientos a estas alturas. Nosotros sí nos propusimos un programa que fuera bastante sincero, bastante necesario, creíble, puntual, cercano al entorno de los tiempos de oro de la televisión, en los que se hacía una propuesta que estaba muy responsabilizada con el sentimiento de quedar bien con el público, desde el punto de vista de la seriedad, del rigor, de la profundidad, del lenguaje directo, de que la gente se sintiera identificada con nosotros, de que no se perdiera tiempo en cosas que verdaderamente al público no le interesa y tener una retroalimentación directa con esa gente.
La verosimilitud y el deseo de decir la verdad es lo que ha ido marcando tarjeta con el paso del tiempo.
¿Estabas acostumbrado a lidiar con el público que ve tu show?
Estoy acostumbrado a lidiar con cualquier tipo de público. Yo creo que eso es un ejercicio que te da en gran medida la formación que uno ha ido teniendo a lo largo de la carrera, especialmente cuando trabajas en la radio durante mucho tiempo como hice yo en Cuba que te da la posibilidad de trabajar tantos géneros distintos y para muchos públicos diferentes, especialmente en esas tiras de programación tan largas que están tan fragmentadas, tan picaditas con programas para tantos destinatarios específicos al mismo tiempo.
Puedo trabajar para niños, jóvenes, adolescentes y adultos. A mí el público no me preocupa, ellos esperan que uno le de lo mejor, que uno responda a los interés que tienen cada uno de esos grupos etarios, que uno vaya con la verdad, que sea espontáneo y sobre todo tiene que haber un respeto a la manera de comunicar, de hacer las cosas, no es ir a tirar piedras a ningún sitio. Todo lleva rigor, estudio, conocimiento, técnica, cientificidad, búsqueda de la información, simplicidad. Todo el mismo ABC, no importa el público que sea.
Estoy acostumbrado a este público y a todo el que está por venir. El problema no es el público, somos nosotros. El público lo hacemos nosotros.
¿Qué representa para ti el compromiso que has creado a través de la pantalla de El Social TV Show con la comunidad?
El compromiso que he creado con la comunidad para mí es muy importante, porque eso te da un liderazgo absoluto entre la gente y te da la oportunidad de entrar a muchas casas y tocar muchos corazones. Al mismo tiempo, este compromiso me da pena, porque no creo que uno esté haciendo nada extraordinario, pero lo que sí se nota es que hay muchos eslabones de la comunidad a los que la TV y la media no está llegando.
La gente no se siente representada en gran medida, la gente te lo está diciendo y te lo está demostrando dándote más afecto y más valor que el que tú mereces. Eso es algo excepcional, que la gente se vea representada, que la gente te de ese valor. Eso es una gran oportunidad porque no hay ningún tema en la comunidad que me sea ajeno, no hay ningún tema de la comunidad que no tenga el valor suficiente como para que aparezca en la tv y sea reflejado.
No hay ningún tema esencialmente de esa gente que no deba contarse, que no deba abordarse con valentía, de frente para ayudarlos, para discutir, para compartir, para confrontar.
Puede que no estemos de acuerdo, no tenemos porqué pensar iguales, no somos jimaguas, somos familia todos, pero si debe prevalecer un respeto. La gente tiene que entender que esa preocupación que tienen también puede ser mía, también puede contarse, también puede tener una solución.
¿Cuáles son los temas que abordan en el show?
¡Todos! Hago editoriales abriendo el show de noticias de actualidad, contrastando fuentes, buscándole el ángulo que no dan los noticieros, buscando el ángulo que la contrapone con otras noticias de actualidad, porque eso marca la excelencia, marca la diferencia y te identifica el programa con una línea editorial que está en el centro, que está abordando los temas de una manera responsable, y está sobre todo comparando las realidades, buscando fuentes, hurgando para que la gente entienda.
Aunque yo les mastique todo ese contenido, cada cual tiene que decidir si se lo traga o no, si le interesa o no, si de esa manera que se está contando es como debe hacerse. Hacemos un segmento médico permanente, porque tenemos un público que está muy necesitado de esta orientación, sobre todo la medicina desde la arista humana, desde la arista preventiva, desde la arista del rigor científico, que el médico habla con el paciente, de que el médico le responde a la televidente, de que le pasamos por arriba a ese criterio que le molesta tanto a la comunidad latina de decir ‘fui al médico y no me miró la cara, pero sí me llenó de recetas’, eso no, con nosotros no.
Es deshuesar el padecimiento, la necesidad, y tener una línea de ayuda para si usted lo necesita, para si no tiene quien lo ayude, pueda contar con nosotros, porque usted forma parte de la comunidad. Hay dentro historias, nostalgias, entrevistas, contenido de todo tipo.
Desde la historia de un homeless del Downtown, hasta los vestidos de la reina de Inglaterra, pasando por la mejores canciones interpretadas por los músicos que han hecho historia, por el ballet que llegó desde Rusia, por el cariño del último libro, la última novela, la última novedad, la última película, no hay tema que no pueda tener espacio en El Social TV Show, siempre va a ser bien recibido, siempre va a ser bien manejado, estudiado.
¿Cuál es el tema del que yo no voy a hablar nunca? Del que yo no estudié, del que yo no me preparé, yo no voy a tirar piedras, porque es como una charla expositiva, yo voy a exponer en una gran galería, pero los cuadros que están colgados en esa galería, que son mis obras de arte, no soy yo, son los televidentes.
¿Cómo es la dinámica productiva del programa?
No parar nunca. Nosotros nos pasamos el día buscando información y compartiéndola en un drive como lo hacemos mi productora ejecutiva y yo. Leticia del Monte y yo vamos buscando mucha información que luego acumulamos y procesamos.
La información que no podamos confrontar o que no podamos verificar, o la información que tenga una dudosa procedencia que no viene de una fuente seria, por lo general, no le prestamos atención. Pero todo lo que podamos verificar, que tenga un ángulo importante, que nos permita hacer historia, eso sí puede formar parte de nuestros contenidos.
Luego hay muchas historias que tienen estas características, entonces hay que encontrar dentro de esas historias cuáles son los pasos comunicantes para poderlas acomodar y que yo pueda pasar de una noticia a otra como parte de ese relato, como parte de esa descripción.
Recuerda que soy yo solo hablando con el público y tengo que ir enlazando. Es como una gran conversación que tiene que ir fluyendo en un orden lógico, de ser posible cronológico, coherente, que permita abordar todos esos contenidos.
Esa dinámica, como tú comprenderás, no es una hora, tres horas, eso es pasarse el día entero buscando historias, revisando noticias, sacándole partido a todo, encontrándola en el lugar donde vas a tomar el café, pensándola debajo de la ducha, escuchándola en los programas de radio de las emisoras del mundo. Es una cacería de contenido sin parar el día entero. La verdad, esa es la dinámica, es una dinámica imparable, constante, como dinámica en fin.
¿Respondes a una política editorial del canal por el que sales al aire?
Cada persona tiene su propia política editorial. La política editorial nuestra es la del rigor y la de la verdad. América Tevé tiene la suya. Nosotros estamos bajo la sombrilla de América Tevé, por lo que debemos ser coherentes y respetar toda la tradición, y todo el tiempo que esta emisora televisiva lleve en el aire llenando la pantalla. América Tevé se dedica a los temas más latinos, más cubanos.
Nosotros respetamos eso, pero tenemos un ángulo mucho más ancho a la hora de abordar los temas, porque el programa se ve en otros mercados que no es solo América Tevé, con el apoyo de nuestros patrocinadores Cano Health esos temas tienen que ser funcionales en otros mercados.
Yo te diría que la política editorial de El Social TV Show es ser universales, en entender que mientras más locales y nacionales seamos, más universales somos. Una historia contada desde la universalidad con todos los ingredientes de ser ciudadano del mundo, lo mismo conmueve a una señora en Hialeah, que a un señor que nos esté viendo en San Antonio, Texas.
¿Cómo han sabido lidiar con los problemas que han generado las redes sociales y otras plataformas de internet para mantener el ratings? ¿Se han visto afectados u obligados a encaminar el programa hacia ese rumbo?
Las redes sociales no pueden ser vistas como un problema, tienen que ser vistas como una oportunidad. Son una oportunidad democrática y desmedida que ha convertido a mucha gente estúpida en una celebridad, pero eso no debe importarnos, porque una celebridad sin sustento desciende de su trono con la misma velocidad que llegó a él. A mí eso en verdad no me importa.
Qué va a hacer de las celebridades edificadas por las redes sociales cuando la gente quiere pedirle más y más y ellos no tengan nada que darles a sus seguidores. Eso está pasando con esas carreras meteóricas que terminan desinflándose en vez de seguir se elevándose el globo.
Las redes sociales son una oportunidad, debemos servirnos de ellas, sin que ellas nos esclavicen. Tienen una serie de normas establecidas de estética, de tiempo, de posicionamiento que es muy importante dominarlas para impulsar nuestros contenidos. Pero ojo el conocimiento de estas oportunidades no debe convertirnos en esclavos de ellas.
Hay rigores, hay dinámicas, hay necesidades que llevan otro tiempo, otras profundidades, otro estilo, otras palabras, otro ritmo que no puede ser el de cierta fatalidad y cierto vaho carcomido y hueco que sale de las redes sociales.
¿Cómo te ubicas en el panorama actual de la televisión tradicional?
Cuando mañana deje de existir, si es que deja de existir, me inventaré en las redes sociales o lo que se imponga. Yo me he reinventado tantas veces que le perdí el miedo a ese fracaso y a esa reinvención, y tengo el convencimiento que tengo que seguir reinventando.
En cada una de esas reinvenciones ha sobrevivido el Sánchez Grass pensante que sabe hablar y escribir. Esa es la única manera, porque la reinvención necesita ingredientes que son inalterables. El estilo cambia, el tiempo cambia, la manera de hacer cambia, pero lo primario, lo esencial, que es la palabra y la escritura como sustentos principales de los medios de comunicación o el acto de comunicar son invariables.
Incluso si llegara la ocasión y me privaran de articular palabras, algo que le pido a Dios todos los días no ocurra nunca, solo ocurra en el momento final de mi vida, porque yo soy una gente de mucha palabra y mucha escritura, si tuviera que ocurrir un panorama tan desolador como este que describo, yo creo que habrá una gestualidad, habrá símbolos, iconos, emoticones, habrá oportunidades que me permitan sustituir el peso de esas palabras que ahora digo iconográficamente.
En el principio fue el verbo, de ahí venimos nosotros, de esa oratoria que ha permitido emanciparnos y pasarle por encima a todo: al canto, al tiempo, a la desgracia, a la tragedia, a la comedia, al reguetón, a la estupidez, al hambre y a todo lo que nos ha tocado.
¿Piensas que se ha desacreditado el periodismo diario?
El periodismo se ha desacreditado porque en muchas instancias de poder, en muchas estructuras de decisores, quienes han tomado las decisiones no son ni profesionales ni periodistas. Hay muchos pendejos en puestos de posición claves ultrajando un oficio que es insustituible.
Esas personas le han dado el protagonismo y le han cedido el espacio a personas sin ningún tipo de preparación, que han venido a mancillar el oficio. Eso ha ocurrido, es insostenible y con el paso del tiempo esas cosas que no se pueden sustentar van al piso y el periodismo de rigor y verdad nuevamente se abre camino. Estas cosas no debieran de ocurrir pero bueno gente mediocre hay en todas partes y en todos los niveles.
No eres recurrente en el tema Cuba, como muchos de los medios de Miami. ¿Cuál es o son los motivos?
No es que a mí no me guste hacer los temas de Cuba, lo que pasa es que yo siento que en Miami hay más medios y personas que hacen Cuba, que los contenidos que Cuba irradia.
Todo el mundo por vivir aquí quiere hacer Cuba y lo que están es acabando con los temas de Cuba. Primero porque lo hacen sin mucho rigor, porque no están en Cuba y es muy difícil consultar, investigar y contrastar la fuente. Segundo, hay otra manada que cree que contar lo que dicen o viene de Cuba al revés es suficiente como para hacerle creer a la gente que están haciendo una cobertura responsible sobre los temas de Cuba.
Realmente son muchos los que hacen el tema Cuba, realmente son muy pocos los que lo hacen bien. Entonces para no caer en esos mismos vericuetos, yo creo también que es importante hacer un grupo de temas y de contenidos que son verdaderamente universales y que también le interesan mucho al público cubano que nos ve dentro y fuera de Cuba.
Y que son temas que le dan muchas luces a esas luces que también tiene derecho a soñar, a conocer, a abrirse espacio. Yo apuesto más por esa arista, que es una arista que enriquece, porque la otra, la verdad, la encuentro bastante empobrecida.
¿Qué opinión tienes del panorama político que estamos viviendo en los Estados Unidos?
El panorama político que estamos viviendo en los Estados Unidos se siente convulso, pero no deja de ser exquisito. Hay muchas cosas en juego, hay muchas discusiones y hay una polarización muy grande en este momento.
Hay mucha gente que no entiende los procesos que están ocurriendo, que no se comportan con madurez, que no están a la altura de los preceptos democráticos, que no entienden en verdad que está sucediendo. Por otro lado, no se dan cuenta que el mismo hecho de que haya tanta contrariedad, tanta discusión, le da una riqueza al panorama político nacional y le da un valor ante los ojos del mundo.
Hace mucho años que en los Estados Unidos no había una contienda tan reñida, tan peleada, tan de gente rasgándose la vestidura para definir un futuro político. Sin embargo, hay graves errores. Yo creo que, de cara a estas elecciones convocadas, la gente debe detenerse, a preocuparse, no solo por la silla de la casa blanca, porque aquí también se está hablando de la renovación de 435 escaños de una cámara de representantes.
Va a ser importante cómo se va a mover un tercio del senado federal, va hacer importante el desarrollo de elecciones estatales, locales, municipales, tribales, de iniciativas populares, de enmiendas. Se van a mover muchas cosas importantes que es mucho más que la Casa Blanca. No es la Casa Blanca la que va a definir el rumbo de un estaño municipal, de una decisión tribal, de una enmienda en una elección estatal y, sin embargo, esas pequeñas cosas son las que marcan nuestras vidas.
El que tenga duda de lo importante que es lo local, que se meta en la cabeza todo lo que ha pasado con el coronavirus. Cada vez que hay una desgracia, que hay una pandemia o una circunstancia especial, lo local es lo trascendente, porque tu representante local es el que te puede resolver el problema y te puede salvar la vida.
Así que, por favor, la polarización no nos vuelva tan ciegos como para no darnos cuenta de que hay muchas cosas importantes en medio de esta riqueza legislativa, que son mucho más importantes y decisivos que la Casa Blanca. La verdad es así y el que no lo entienda, está perdiendo el tiempo y se está quedando fuera del juego.
¿En qué consiste la clave del éxito para Jorge Luis Sánchez Grass?
En trabajar mucho, todos los días. En no creerse uno cosas, en saber que es muy importante servir a los demás. Es también identificar el talento que Dios te dio para explotarlo, porque Dios a todos nos dio talentos. No puede ser que lleguemos al final de nuestra existencia sin explorarnos nosotros mismos y sin darnos cuenta de esa gracia divina que nos dieron para estar en función y beneficio de los demás y para brillar con luz propia.
Dios nos dio esa fuerza. Yo tengo la mía. Yo creo, como digo siempre en el programa, que ser buenos es más importante que ser importante y eso también forma parte de lo que Dios me enseñó a mí.