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¡Se agrava crisis en Cuba!: ni rastro de pan, arroz y otros productos básicos
Cubanos se quejan de que los alimentos no aparecen en sus bodegas

Desaparecen de las bodegas, el arroz, el pan, el aceite y otros productos subsidiados (Foto ilustrativa: Periódico Cubano)
Cuba atraviesa una de sus peores crisis alimentarias en décadas. Los alimentos subsidiados, que durante años han sido la base de la dieta de la mayoría de los cubanos, se están volviendo cada vez más escasos y costosos. El gobierno, presionado por las sanciones y la falta de liquidez, lucha por pagar las importaciones que mantienen abastecidos los almacenes estatales. El pan, el arroz, el aceite y el café, productos básicos en la mesa cubana, se encuentran en niveles críticos.
Linorka Montenegro, una cubana de 55 años, relata con desánimo la realidad que enfrentan muchos ciudadanos al salir de una bodega en La Habana Vieja. “Esto está mal”, asegura. La profunda crisis está asfixiando al gobierno, que no logra cumplir con la distribución de los alimentos subsidiados, un sistema implementado hace más de seis décadas. El pan es cada vez más pequeño, con menos de 60 gramos por ración, y el arroz, al igual que otros productos, llega a cuentagotas.
La situación es tan crítica que la semana pasada un barco con trigo quedó detenido en el puerto de La Habana por falta de fondos para pagar la mercancía, según informó el Ministerio de Industria Alimentaria. La isla necesita 3.000 toneladas mensuales de trigo para producir el pan racionado, pero en los últimos meses solo ha logrado obtener una fracción de esa cantidad.
Rosalía Terrero, trabajadora de una bodega en Centro Habana, también siente el impacto. A ella y su familia les corresponde una ración diaria de siete panes. Sin embargo, lamenta que los ancianos, que reciben solo uno por día, se queden con hambre. “No les llena”, dice. La situación es especialmente dura para los pensionados, quienes dependen casi por completo de estos productos subsidiados.
Además del pan, otros alimentos esenciales también escasean. Barcos con arroz y sal esperan en los puertos de La Habana y Santiago de Cuba, sin poder descargar su carga debido a la falta de financiamiento. Betsy Díaz, ministra de Comercio Interior, advirtió que este mes no habrá aceite ni café, tal como ocurrió en agosto.
La inflación descontrolada y la depreciación de la moneda han agravado aún más la situación, obligando a los cubanos a pagar precios exorbitantes por los mismos productos en tiendas privadas o en establecimientos estatales que solo aceptan moneda extranjera. Con un salario promedio de 5.000 pesos cubanos, equivalente a unos $42, la población está cada vez más desesperada.
Régimen cubano: “la culpa es del bloqueo”
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, responsabiliza en gran parte al bloqueo estadounidense, vigente desde 1962, por las carencias que enfrenta el país. El ministro asegura que las pérdidas económicas causadas por el embargo superaron los $5.000 millones en el último año. Además, reconoció las dificultades del gobierno para cumplir con la distribución de alimentos, atribuyendo parte del problema a errores internos, aunque señaló que “esos errores son involuntarios”.
La realidad en la Isla ha obligado a la población a sobrevivir con lo poco que queda en las bodegas. Emilio Cedeño, un zapatero jubilado, lamenta las consecuencias del embargo, que según él, golpean directamente al pueblo cubano. “Nosotros somos los que pagamos las consecuencias”, afirma. Washington permite la exportación de alimentos a Cuba, pero bajo condiciones estrictas de pago que el gobierno cubano tiene dificultades para cumplir.
La situación en la Mayor de las Antillas sigue deteriorándose. La combinación de una política de embargo estricta y la debilitada economía planificada del país ha dejado a la población al borde del colapso. Los cubanos, como señala Rosalía Terrero, “se mantienen bravos desde que se levantan hasta que se acuestan”, enfrentando cada día una lucha por la supervivencia básica.
