¿Se vislumbra una Ley Electoral participativa en Cuba?

La doctora Orisell Richards Martínez, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, anunció a la prensa oficialista que ahora que se discute sobre una reforma a la Ley Electoral en Cuba y que esta deberá buscar la voz y la participación de cada uno de los cubanos.

La profesora recalca que “la actual Constitución, desde su artículo primero, está impregnada de ese espíritu participativo y redimensiona la máxima martiana, con todos y para el bien de todos”.

De igual manera comenta que la actual ley no está del todo obsoleta y que a una posible reforma electoral se le puede “incorporar a la norma las experiencias positivas de procesos anteriores” pero sin dejar de lado todos los procesos que necesiten una revisión exhaustiva.

El artículo 204 debe de ser uno de los que no debe de cambiarse, ya que fomenta que “todos los ciudadanos, con capacidad legal para ello, tienen derecho a intervenir en la dirección del Estado, bien directamente o por intermedio de sus representantes elegidos para integrar los órganos del Poder Popular y a participar en elecciones periódicas, plebiscitos y referendos populares, que serán de voto libre, igual, directo y secreto. Cada elector tiene derecho a un solo voto”.

Lo que, si se debe de poner énfasis, comenta la doctora es en mejorar la selección de “precandidatos”, así como de una libre participación ciudadana en el proceso que pueda aportar nuevas ideas y mejores propuestas en beneficio de la gobernabilidad de la isla.

Otro punto que tocó la especialista en leyes fue que no solo debe de existir una participación electoral, sino que se deben de fomentar y flexibilizar otras figuras participativas y democráticas como “plebiscitos, referendos, consultas populares” tal como establece la actual reglamentación.

La doctora continúa diciendo que se debe reforzar de igual manera la revocación de mandato de los órganos electorales, así como la participación de supervisores y colaboradores independientes en los procesos electorales para que los mismos tengan la transparencia necesaria y que se pueda respetar el voto ciudadano, que es a final de cuentas, el sentir del pueblo.

Orisell Richards Martínez reflexiona y concluye “si bien la nueva Ley Electoral debe estar en concordancia con la realidad cubana de hoy y con los cambios introducidos en las estructuras del Estado, no podemos hablar, en modo alguno, de un proceso acabado. Las transformaciones que a futuro puedan acontecer, como parte del proceso constante de consolidación democrática de nuestra sociedad, también deberán encontrar cauce jurídico”.

Con información de Granma