Seguridad del Estado liberó a Saily González tras 11 horas de interrogatorio

Saily González definió las 11 horas de interrogatorio como tortura, y fue liberada con una orden de advertencia para que «no cometa delitos». (Foto: Saily González- Facebook)

La activista Saily González Velázquez fue liberada tras 11 horas de interrogatorio que ella definió como “tortura” por la manera en que la instructora identificada como Yamilé la trató.

Recordó que llegó a las 8:00 a.m. a la Unidad de Investigación Provincial, en Santa Clara, según lo dispuesto en la citación oficial recibida el martes y donde no se especificaba el motivo por el que debía presentarse ante las autoridades.

Tras preguntarle por la detención de Carolina Barrero, Daniela Rojo, Camila Rodríguez y otras activistas detenidas el lunes frente al Tribunal de Diez de Octubre, la agente la retuvo durante alrededor de cinco horas en una habitación pequeña de paredes carmelitas, con la puerta entreabierta y custodiada.

Luego regresó la instructora y le dijo que la llevarían a una celda porque iban “a instruirla”. La mujer también le comentó a González Velázquez que ella era financiada por su esposo, quien le daba “migajas” y el “resto se lo gastaba en prostitutas”.

“Lo que escuché allí fue surrealista”, confesó la joven que no pudo evitar reírse frente a la agente. Esta le señaló que vería “qué podía hacer por ella” para no ponerla tras las rejas porque sabía “no era gusana”.

En directo en Facebook, la también emprendedora aseguró que la vida de los activistas cada vez es más difícil en la Isla. “Es tanto dolor, tantas violaciones, que ya se ha hecho una patología”, por lo que a veces se pregunta si “en una celda tendrían más tranquilidad”.

“Es muy difícil ver a Luis Manuel Otero en huelga de hambre, saber que Maykel Osorbo está enfermo, que José Daniel Ferrer está enfermo (…) Es demasiado el dolor que existe aquí afuera, es bastante terrible”, agregó.

Sobre las 7:30 p.m., la instructora le informó finalmente que la había detenido por “alteración del orden público” y la liberaría con un acta de advertencia para que no hiciera más cacelorazos.

“Me tuve que comprometer a no cometer más delitos, con lo cual estoy conforme porque yo no lo hago. Yo estoy ejerciendo derechos constitucionales y ningún código penal puede estar por encima de la constitución”, reiteró.

La activista invitó a continuar denunciando las violaciones en la Isla, porque esa presión es la que ha posibilitado la liberación de activistas como Carolina Barrero.

“Creo que la lucha por los derechos humanos en Cuba se debe llevar sin odio porque en el futuro hará falta más gente que ame, que entienda y que empatice, que gente que odie”, concluyó.