¿Será suficiente con aumentar la inversión extranjera?

A inicios de este mes de agosto el gobierno cubano, aprobó modificaciones a su política sobre la inversión extranjera en la isla.

Si bien da muestras de liberalización en aspectos como la eliminación del estudio de factibilidad y de la exigencia obligatoria para presentar una propuesta de negocios; las condiciones de contratación, recompensa, promoción y cualificación de la mano de obra local seguirán siendo un punto negativo para lograr un mayor avance en la economía del país.

Son varios los trabajadores no estatales que sienten como el régimen vuelve a quedarse «corto» con las leyes.

Leonel Gerardo Rodríguez es contratista privado, trabaja en la construcción de hoteles en La Habana y cuenta su experiencia: «el italiano que nos contrató para construir el edificio de Malecón y Crespo nos pagaba de su bolsillo 80 CUC a cada trabajador, aparte del salario del Estado [en moneda nacional], para evitar que robáramos materiales y para que tuviésemos mejor rendimiento». Añade que en su criterio «la inversión extranjera no va a salvarnos del bloqueo interno».

Otro cubano quien trabajó como chef en las cocinas del Hotel Manzana Kempinski habla de las diferencia salariales entre un amigo suyo francés que hacía el mismo trabajo y cobraba 1300 dólares mientras su salario era de 350 pesos cubanos.

Asegura que «mientras no se resuelva el sistema de pago a trabajadores cubanos en empresas extranjeras, ningún cambio en la Ley traerá beneficios a los cubanos y, además, sería bonito saber a manos de quiénes va a para la plata fuerte».

El octogenario general, Raúl Castro, culpó de la insuficiente llegada de capital extranjero a «la mentalidad obsoleta y llena de prejuicios [de las instituciones] contra la inversión foránea».

Es increíble como el gobierno jamás asume su culpa. Son ellos mismos, la clase política que ha gobernado por casi 60 años, los que crearon y mantienen todo el entramado de ineficiencia económica de Cuba.

 Con información de DDC