Solicitar la residencia en España por arraigo social: claves para entender el proceso

El arraigo social es un proceso de regularización de todas aquellas personas que nunca han tenido un permiso de residencia en España. (Foto: Periódico Cubano)

El arraigo social es uno de los procesos de regularización más comunes para obtener la residencia en España. Cada vez es mayor el número de personas extranjeras en situación irregular que aprovecha esta vía para obtener una estancia legal en territorio español que le permita trabajar y ser objeto de derecho, al igual que el resto de los ciudadanos españoles por nacimiento.

El arraigo social se centra en los nexos que haya hecho el individuo en territorio español y por lo cual está solicitando la residencia.

A continuación, abordaremos cuestiones claves para entender el proceso de obtención de residencia por arraigo social de acuerdo con la información especializada que publica el portal web Parainmigrantes.info.

Uno de los requisitos obligatorios para solicitar la figura del arraigo social es contar con un tiempo mínimo de permanencia en territorio español. De acuerdo con las leyes de la nación ibérica, son tres años el tiempo mínimo de permanencia en España.

Por lo tanto, al solicitar la Autorización de Residencia por Circunstancias Excepcionales en la categoría de arraigo social, debes llevar tres años y un día de residencia continua y previa al momento de presentar el expediente. Otro punto importante es que durante ese periodo no se pueden acumular salidas del país durante más de 120 días.

Como suele suceder en estos casos jurídicos, el solicitante debe demostrar, con documentos oficiales, a la autoridad competente que su tiempo de estancia en España cumple con los requisitos exigidos.

Una de las formas de hacerlo es mediante el certifico de empadronamiento residencial, aunque no es el único. Por ejemplo, se admiten certificado médico, facturas, envíos de dinero, cuenta bancaria, siempre que a través de su examen conste una cronología de los tres años previos.

Un modo de comprobarlo es tener un contrato de trabajo de al menos un año de duración. La excepción a esto es si se labora en el sector agrario. Debido a la estacionalidad de la actividad se aceptan contratos de seis meses de duración, pero se deben aportar dos.

Dado el caso que no tengas un contrato de trabajo emitido por un patrón ajeno, tú mismo puedes presentar un proyecto de emprendimiento propio, demostrando recursos económicos propios o de tu cónyuge.

Otro de los requisitos claves que se analiza es que el individuo no tenga antecedentes penales, ni en España, ni en el país de origen o procedencia. En este sentido, hay que aportar el Certificado de Antecedente Penal expedido por las autoridades del país o países en los que hayas residido durante los cinco años anteriores a la entrada a España.

En el caso de los antecedentes penales en España, la propia Oficina de Extranjería consultará por interno estos datos.

Otro asunto que se pide en el proceso es un Informe de Inserción Social. Este expediente, que lo emite la Comunidad Autónoma donde vivas, pretende atestiguar la integración social del ciudadano extranjero a la sociedad española.

Están exentos de presentar el expediente de Inserción Social todos los ciudadanos que tengan familiares directos en España, y que ya cuenten con una residencia legal.