Teatro Terry: otra muestra del “cumplimiento” de los planes comunistas

“Tras los telones de la restauración” así se pudiera titular la novela de horror y misterio en la que se encuentra inmerso el Teatro Tomás Terry, de la ciudad de Cienfuegos, a solo meses de darse por concluida su reparación dando cumplimiento apresurado a la fecha por el aniversario 200 de la ciudad.

Miguel Cañellas Sueiras, director de esta institución cultural, señala a la prensa local, 5 de septiembre, que “las acciones constructivas de la primera etapa de la inversión se hicieron contra una fecha: el bicentenario de la ciudad. Pero un grupo de cosas no quedaron del todo terminadas o mal ejecutadas”.

El diario de corte comunista cuenta como algunos objetos de obra entre los que se encuentran el cuadrifolio central del plafón, el monumental lienzo en el cielo raso del coliseo, la Sala Ateneo y los famosos mosaicos venecianos fueron dados por concluidos en un primera etapa para las celebraciones por el aniversario, pero la segunda etapa prometida no acaba de empezar por problemas de impagos y ya se ven los primeros problemas de los elementos constructivos que necesitan una culminación satisfactoria para que no se deterioren.

Unos 600 mil pesos gastados en la primera etapa “se mancharon con el uso de materiales improvisados en el tercer piso, el segundo aún sin terminar, malas soluciones en la platea, el sistema hidráulico-sanitario a medias (con la falta de urinarios), problemas en el piso del ‘Ateneo’, sin alfombrado ni climatización de ningún tipo y dificultades en el cierre de las puertas”.

“Son cuestiones que no fueron ejecutadas con los recursos adecuados y tampoco con la calidad artística que requiere este teatro por su valor patrimonial. Y por eso sentimos hoy un poco de decepción y de morosidad”, subrayó Cañellas Sueiras.

Los periodistas del diario oficialista se quedan por las ramas al culpar a los inversionistas, que también tienen la culpa, pero nunca mencionan al partido comunista responsable principal por estar poniendo metas y fechas sin saber un ápice de elementos constructivos o de restauración.

El propio director del Teatro no sabe que destino le depara a la edificación que administra “no sabemos qué pasara porque nadie se ha pronunciado. Conocemos de la preocupación de las autoridades, de las distintas escaseces, (de dinero, de materiales) y apreciamos que existe voluntad, aunque con ella no resolvemos nada. Tendremos que seguir ofreciendo al público opciones muy limitadas en el ‘Ateneo’, con una programación inteligente, basada en peñas, música de concierto y teatro de pequeño formato”.

El propio Teatro puede aportar con la recaudación de divisas pero “nuestra recaudación depende mucho de las visitas patrimoniales de turistas y al decaer la temporada de cruceros —efecto de la política hostil de bloqueo de imperio norteamericano contra Cuba—, bajaron los ingresos, pese a ser aún el proyecto de desarrollo local del sistema de la cultura que más aporta a los fondos del territorio”, dice con resignación Cañellas Sueiras.