MUNDO
Vecinos de Harry y Meghan Markle se quejan de un potente olor a marihuana
Los antiguos duques de Sussex se mudaron a California tras abandonar a la familia real
Los vecinos de los antiguos duques de Sussex, el príncipe Harry y Meghan Markle, se han quejado del potente e insoportable olor a marihuana en su vecindario.
La razón es nada menos que una gigantesca fábrica de cannabis, que cuenta con 20 grandes invernaderos llenos de esta hierba y que se encuentra a solo minutos de la mansión del duque y la duquesa de Sussex en California.
Luego de abandonar la familia real británica, la pareja ha buscado vivir como una familia “normal” -si bien, adinerada- en Estados Unidos.
Ya que Markle se dedicaba a la actuación antes de iniciar su relación con Harry, es normal que hayan escogido el estado costero para radicar.
Sin embargo, con lo que no contaban es con que California es uno de los estados en los que el cultivo de cannabis es legal.
Tras varias quejas de los vecinos, la empresa en cuestión se ha comprometido a instalar nuevos “sistemas de control de olores”.
Uno de los residentes, Gregory Gandrud, de 60 años, dijo al diario Sunday Mirror que el olor es tan malo que tuvo que detenerse mientras conducía.
“Conducía por la autopista y el olor me golpeó duramente. Tuve que parar. Me hizo perder completamente el hilo de mis pensamientos. Mucha gente aquí está sufriendo”, indicó.
La Coalición de Cannabis Responsable de Santa Bárbara y la Asociación de Cannabis para Productores Responsables han prometido un “nuevo proceso ampliado de respuesta a los olores”.
“Esta es una buena noticia para Harry y Markle. El hedor se estaba volviendo más fuerte y se dirigía hacia ellos”, señaló el vecino.
Richard Mineards, otro de los residentes, agregó que la situación no siempre fue así, pero “el cultivo de cannabis cerca de aquí se volvió legal en 2016 y muchos cultivadores subieron al tren”.
La fábrica se encuentra a menos de 10 minutos en automóvil de la mansión Montecito, donde la pareja vive con su hijo Archie y su hija Lilibet, de solo dos meses de edad.
La pareja se mudó de la casa del productor de cine Tyler Perry en Los Ángeles y compró la propiedad de nueve dormitorios tras obtener una hipoteca de 7.25 millones de libras y ayuda financiera del Príncipe Carlos.