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Activistas cubanos preparan un refugio para animales callejeros en Pinar del Río
Ante la falta de una ley de protección animal, activistas como los integrantes de BAC se dan a la tarea de rescatar y encontrar un hogar a los callejeros
A más de un mes de haber comprado un pequeño local en Pinar del Rio, integrantes del grupo Bienestar Animal Cuba (BAC) en esta provincia informaron que lo están habilitando para convertirlo en un refugio temporal de animales.
En la cuenta de Facebook de esta organización se detalló que el espacio fue adquirido a un precio de 13.000 CUP, monto que fue reunido por rescatistas y defensores de los derechos de los animales.
Desde el 23 de mayo, día en el que se oficializó la compra, a la fecha, los integrantes del grupo han estado laborando en el lugar para rediseñarlo a fin de que cumpla con los estándares de bienestar animal a nivel internacional.
“Estamos seguros de que con la dedicación y el esmero de nuestros colaboradores y voluntarios y el amor que ponemos en todos nuestros proyectos estará listo lo más pronto posible”, indica el comunicado.
Asimismo, se menciona que el refugio funcionará como un centro de rehabilitación donde los animales rescatados podrán cumplir una cuarentena reglamentaria con asistencia médica.
BAC también proporcionará alimento y cuidados seguros hasta que los animales están listos para entrar al sistema de adopciones responsables que tiene este grupo.
“Agradecemos nuevamente a todas y cada una de las personas que nos han ayudado y que han hecho posible que hoy Pinar del Río tenga orgullosamente su Hogar Temporal para ayudar a todos los perros y gatos que necesitan una segunda oportunidad”, finaliza el comunicado.
Ante la falta de una ley de protección animal, activistas como los integrantes de BAC se dan a la tarea de rescatar y encontrar un hogar a los animales callejeros.
En días recientes denunciaron que, tras un brote de rabia en Mayarí, empleados de Zoonosis estaban levantado perros y gatos para llevarlos a sacrificar sin esperar los 10 días reglamentarios para descartar que sean portadores de la enfermedad.
Los activistas también señalaron que dichos empleados lanzaron a dos perros a un estanque de cocodrilos, lo cual fue considerado como extrema crueldad animal.