¿Ahora a quién copió? Bad Bunny enfrenta otra demanda por plagio

Nuevamente Bad Bunny en escándalos por uso violación de derechos de autor (Foto: Bad Bunny – Instagram)

El puertorriqueño Bad Bunny vuelve a estar en problemas legales, por no respetar los derechos de otros autores para sus canciones y videoclips.

Ante esta falta reincidente, el cantante debe enfrentar una nueva demanda referida al plagio, más específicamente por el uso de un mural sin el debido consentimiento de los autores.

Todo este revuelo viene dado, luego de que se dio a conocer que el Conejo malo fue acusado por los creadores de una obra plástica que él habría usado en el video musical de Ser Bichote, canción que pertenece a su álbum X100Pre, lanzado en 2018.

Resulta que Pedro E. Torres Román, Mario Resende González y Antonio Moll, son los artistas del mural titulado Buenos días, Canals, ubicado en Santurce, Puerto Rico. La obra fue parte de un proyecto en el 2014 con el objetivo de renovar espacios abandonados en diferentes zonas de calles.

Los dueños de esta creación alegan que nunca recibieron una compensación económica por la aparición de dicho mural en el video del afamado intérprete de Callaíta.

En su demanda también mencionan a Rimas Entertainment y Carritos LLC, debido a que estos fueron los productores del videoclip.

Los artistas exigen una reparación por los daños causados y que se les dé una parte de las ganancias del audiovisual. No obstante, la contraparte no ha respondido a la acusación.

Los demandantes argumentan que se tardaron un poco más de un mes en realizar el mural para cumplir con el objetivo de restauración de un lugar que había sido olvidado.

Mural que aparece en video de Bad Bunny (Foto: Captura de Pantalla)

Quienes incurrieron en la acción legal, se amparan en la Ley de protección de Obras Arquitectónicas, la cual brinda protección legal a fotografías o grabaciones de video de los edificios públicamente visibles.

Hasta el momento, Bad Bunny no se ha pronunciado al respecto, aunque ya sabemos que no es la primera vez que el artista y su equipo de producción incurre en una falta de respecto a los derechos de autorías, tal como ocurrió con la canción Safaera.